jueves, 23 de febrero de 2012

La estética relacional del calderonato: pedagogía condescendiente



Calderón, "No more weapons"
“Calderón exige a EU detener el tráfico de armas con un mural en la frontera” fue uno de los encabezados de La Jornada del 17 de febrero de 2012, cuya portada fue ilustrada con una imagen del presidente mirando el anuncio espectacular que hizo colocar en la frontera con la leyenda: “No more weapons.” El espectacular, de 8 metros de alto por 21 de largo, fue construido por soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional con 3 toneladas de armas de asalto que fueron confiscadas a criminales y luego derretidas y moldeadas como ladrillos. En la ceremonia de inauguración del espectacular, Calderón exhortó a los estadounidenses (en mal inglés): “No more weapons! Dear friends of the United States, Mexico needs your help to stop this terrible violence we are suffering.” Además, según La Jornada, durante este viaje a Ciudad Juárez Calderón participó en la destrucción de 6 mil armas decomisadas a la delincuencia y además plantó un árbol en el Centro de Desarrollo Comunitario Felipe Ángeles El Retiro.
El gesto propagandístico de Calderón en Ciudad Juárez recuerda de inmediato al lenguaje de las intervenciones del arte contemporáneo en general, y en particular a la intervención de Pedro Reyes realizada dentro del marco de una comisión al artista por parte del jardín botánico de Culiacán en 2008. La propuesta de Reyes, “Palas por pistolas” consistió en organizar una campaña voluntaria de donación de armas para la que se hicieron anuncios en la televisión invitando a los ciudadanos a renunciar a una pistola para intercambiarla por un cupón válido por enseres eléctricos y domésticos. Con esta acción, Reyes recolectó 1527 armas las cuales llevó a una zona militar para que fueran apisonadas en un acto público. Agregándole un twist más a su intervención – con el que ésta terminó en objeto de colección – Reyes mandó a fundir los pedazos de metal apisonado con lo que se produjeron 1527 palas con un grabado contando su historia. Dichas palas se distribuyeron en instituciones de arte y escuelas públicas en las que adultos y niños plantaron 1527 árboles. Para Reyes, este ritual tuvo el propósito pedagógico para enseñarle al pueblo el cómo un “agente de muerte puede convertirse en agente de vida.”
El mensaje de las acciones de Calderón en Ciudad Juárez enuncia la “efectividad” del ejército al haber confiscado 3 toneladas de armas al tiempo que señala con el dedo a Estados Unidos como culpable directo del problema del narcotráfico. La acción de Calderón es similar a la de Reyes ya que ambas hacen pública la purga de armas por medio de rituales y ejercen el paternalismo desde arriba: se premia a los que donan las armas y se castiga a quienes se les confiscaron. Ambas acciones culminaron plantando arbolitos, y con su simbología estereotípica, simplifican el problema de la violencia y contribuyen a propagar la ceguera de sus causas reales.
Pedro Reyes, "Palas por pistolas" Culiacán, 2008

Hay que notar que Calderón prefirió realizar esta serie de actos públicos en lugar de protestar oficialmente como jefe de Estado al gobierno de los Estados Unidos ante la operación “Fast and Furious” en la que del 2006 al 2011, agentes del Bureau of Tobacco, Alcohol and Firearms (la ATF por sus siglas en inglés) intentaron identificar líderes de redes de tráfico de armas al dejar que entraran armas a México. El problema es que en la estrategia “letting guns walk” de la ATF, se perdieron las armas, las cuales han sido encontradas en más de 170 escenas de crimen en México de los últimos años. Desde que el escándalo de la ATF salió a la luz (hay una demanda civil en curso en México contra esta agencia liderada por la abogada Diana Eugenia González Saldaña y de la cual Pedro Reyes es parte), no ha habido acusación formal por parte del gobierno mexicano al de Estados Unidos ni llamado a las autoridades de ese país para que tome medidas más efectivas para parar el flujo de armas a México. Tampoco se ha hecho oficial un pedido para que se renueve la ley “Assault Weapons Ban,” la cual expiró en 2004 y que prohibió hasta entonces la venta de armas de asalto de Estados Unidos a México.
"Palas por Pistolas" en Ciudad Juárez, "Febrero de 2012
El paralelo entre las acciones de Calderón en Ciudad Juárez y la campaña “Palas por pistolas” de Pedro Reyes (la cual se ejecutó en Ciudad Juárez la misma semana que la visita de Calderón, la segunda de febrero de 2012) podría ser interpretado como un caso de apropiación del lenguaje oficial del lenguaje del arte contemporáneo, y sin embargo, esta analogía entre los distintos ámbitos sensibles no es mas que un ejemplo de que hoy en día todos los ámbitos operan en el ámbito del trabajo simbólico y perceptivo, del diseño permanente, de la información y de la creatividad. Tanto los artistas cosmopolitas como los diseñadores de imagen de Calderón actúan como diseñadores sociales por medio de “intervenciones.” La “intervención” es la acción de encontrar un espacio para interactuar en el campo socio-político, para la que el protagonista (artista, mercadólogo o político) se adjudica el rol en la comunidad de hacer conciencia social para revelar algún área de potencial activación “política” y/o de preocupación colectiva. El reconocimiento de estas situaciones específicas se logra por medio de investigación y documentación. El propósito es el de revelar áreas de acción potencial y hacer partícipe a la comunidad creando un dispositivo de interacción para compartir símbolos. Así se pone en escena la situación social en cuestión pero en un contexto distinto para mejorarla, propiciando la interacción entre artista, comunidad y campo social (y en los casos descritos arriba, participó también el ejército). Hay que tomar en cuenta también el lazo que se teje en los proyectos artísticos socialmente comprometidos con las formas de vida, ya que a veces las prácticas sociales funcionan como prescripciones de “formas de vida”: en los casos descritos, pronunciarse en contra de la violencia implica adoptar una forma de vida con conciencia ecológica, al plantar árboles. Si antes el marketing participatorio casi no difería del arte participatorio, ahora se confunden con la propaganda de estado participatoria.
El gesto de recaudar y reciclar armas de asalto para ofrecer un mensaje positivo a la sociedad, dentro del actual panorama de violencia política, no es más que un gesto demagógico lleno de condescendencia pedagógica. La lucha entre los distintos sectores sociales dentro de la inestabilidad de las relaciones de poder (entre narcos y gobierno), azuzan la cultura de la convivencia con la violencia en un ambiente de inseguridad y paranoia en el que la elite se encierra en sus búnkeres de seguridad, entretenimiento y cultura. Dentro de este último, la violencia se culturaliza junto con la desigualdad que le es estructural del sistema neoliberal que es la causa real de la violencia. El problema es que se hace creer que la violencia puede ser resuelta por medios culturales o señalando con el dedo hacia el norte. Esto es demagogia liberal, con su anarquismo soft, basado en verdades objetivas y libertad de expresión, expresión que se ejecuta en el mercado creativo y como forma de vida.

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