domingo, 15 de enero de 2012

Mercado del arte y finanzas



"In 1997, Alexander Brener spray-painted a green dollar-sign onto Malevich's "Suprematism (White Cross)." One of our missions today could be to use a combination of disruptive tactics and simple speech between equals in order to help the general public understand the consequences of subsuming "art" into the category of "investment." Something like letting a dollar-sign be sprayed onto your most intimate subjectivity."

Brian Holmes

January 8, 2012 5:45 pm

Gold feels weight of Paulson Curse
By Patrick Mathurin in London

The art market defied the economic gloom to return 11 per cent to investors in 2011, outpacing stock market returns for a second consecutive year.

The performance of the Mei Moses All Art index, a leading barometer of art returns based mainly on paintings sold in New York and London, beat the total return of the S&P 500 index of US equities by about 9 percentage points. The gap, the largest since 2008, was driven by strong growth in Chinese demand and high prices for the work of popular artists such as Andy Warhol.

The Mei Moses has beaten the S&P 500 in six of the last 10 years, with an average annual return of 7.8 per cent compared with 2.7 per cent for the benchmark US index. The Mei Moses tracks the prices at which individual works of art sell over time using repeat sales data, in a methodology similar to the S&P Case-Shiller property index.

"Art prices are not correlated to sudden swings in stock markets but their prices tend to match changes in wealth creation and destruction. I'm not surprised by this growth as we are not seeing the wealth damage of 2008-2009," said Michael Moses, creator of the index.

The performance of the index was led by a strong contribution from traditional Chinese works, which rose 20.6 per cent during 2011, as Chinese investors sought to repatriate cultural assets that had been sold to western investors.

"With China there is massive wealth. And the new wealthy want to show off their prized works to friends. It doesn't take many to cause a surge in prices," said Philip Hoffman, chief executive of the Fine Art Fund Group, an investment manager specialising in art with about $100m under management.

Elsewhere, there were record auctions for paintings such Roy Lichtenstein's I Can See the Whole Room . . . and There's Nobody in It! which sold at Christie's in November, making gains in excess of $40m for its seller, who bought it for $2m in 1988. Andy Warhol's Dollar Sign also made big returns when it sold for twice its estimate at $698,500 in 2011, having been bought for $27,000 23 years earlier.

The relative buoyancy of the art market will be a relief for collectors, who were hit by the collapse in art prices after of the financial crisis.

However, Mr Moses warned that signs of slowing global growth were beginning to dent confidence. "Recent economic conditions have made art investors much more cautious and thus have tempered their enthusiasm, resulting in somewhat lower growth," he said. "If the economy continues to stagnate we could see darker days for art collectors."

Among individual categories of art last year, impressionist and modern art delivered returns of 14 per cent, postwar and contemporary art grew 6.4 per cent, while Old Master and 19th-century art increased modestly by 4.8 per cent.

lunes, 9 de enero de 2012

Respuesta de Juan Pablo Macías al Comité

Hola Jaltenco

Gracias por tus continuas lecciones, por las continuas iluminaciones, o cualquier término heliológico que prefieras.

Pero ¿porque piensas que no conozco a Bradley Manning, Mordechai Vannu o Anat Kamm o que no cualquier pseudo-ilustrado como yo pueda ilustrarse en minutos tecleando en Google? Más bien se te fue el punto que quise comunicar entre líneas.

Usar como punto de comparación para el arte a estos héroes de la contra-información me parece, no sólo muy arriesgado, sino sumamente excesivo. Son campos bien diversos. Uno, porque las deserciones de sus respectivos ejércitos operan desde fuera de los regímenes de segmentaridad, dentro de los cuales nosotros operamos, son fugas de información desde el poder: los banqueros, las mafias con sus perras el estado, sus ejércitos y sus políticos. Dos, porque continúa a alentar una gran confusión que nace de una reflexión entre arte ‘y’ política que en los últimos años se ha fusionado ciegamente gracias a una demagogia crítico-curadorial que ha obviado nuestras sintaxis artísticas, que ha citado y re-contra citado filósofos sin escuchar lo que el artista hace, es más, formalizándolo. El problema es que tantos artistas han decidido ilustrar estas demagogias. Son pocos los curadores que con respectiva distancia, escuchan y esperan al artista, ni si quiera a los de los setentas en México. La gran mayoría sólo ansía ver reflejada su imagen en los proyectos de sus artistas, sólo tienen ojos para lo que ilustra su demagogia.

No creo que exista algo como artes políticas o anarquistas. No pienso que un Arturo Schwarz haya pensado escribir historia del arte anarquista, o Herbert Read crítica anarquista, Deleuze filosofía anarquista o Kasimir Malevich pintura anarquista. Mi punto era que un negro sobre blanco o negro sobre negro es muy diferente a las actividades que Malevich mantenía con los círculos anarquistas de su época. Usan el lenguaje artístico políticamente, que es muy diferente, como tu bien sabes, además de hacer política.

Es claro que tus lecturas obvian este sustento anarquista en la resistencia francesa o en los escritos de Deleuze, o incluso en La Insurrección que viene del Comité Invisible Francés al cual te suscribeshumildemente. Por eso estableces diferencias entre alternativas políticas, anarquistas o de resistencia en el arte. Los primeros ciudadanos franceses en huir a los bosques fueron acogidos por los maquis españoles. No es casualidad que existieran mas de 40 mil anarquistas españoles refugiados en territorio francés que contribuyeron a la creación de la resistencia francesa, sin mencionar a los ucranianos (obviamente no sólo). Obviarlo es aceptar que los gringos y De Gaulle liberaron Francia. Pasa lo mismo en México, tantas tácticas guerrilleras durante la revolución se deben a una sublevación y una resistencia del pueblo que estaba en contacto con literatura anarquista casi 50 años antes de la revolución. No reconocerlo es aceptar que los convencionistas la perpetraron. Pero como el lenguaje no es vida, toda palabra escrita no es más que una pequeña sentencia de muerte, una condena (estoy seguro que te suena quién lo escribió). Y en esto la condena marxista, la verborrea marxista, ha inundado hasta la putrefacción todos los ámbitos de resistencia de la vida cultural y militante. Desde las trincheras verborréicas del museo, de la universidad, de las instituciones culturales y de la militancia política, el poder ha puesto al marxista como su aparato de captura, cegado por su dialéctica, cómodo con sus salarios y aguinaldos, ahogando pulsiones y afectos como principal labor, empezando por los suyos.

Si algo ha resistido a tal sistema político, económico y filosófico - capitalismo y comunismo, capitalismo y marxismo - ha sido la necesidad de la vida por la libertad, la necesidad de la vida expresándose através de la palabra libre, llámalo pensamiento libertario o anarquismo o mejor aún, no le des nombre, porque opera también sin el, y esto que resiste, existe en la forma de lo negado, desde los medios, las universidades, la historia, las macronarrativas. (Aquí es claro que una biblioteca como la mía sea redundante visto que ha colmado tus expectativas como espectador, y que todo el mundo sabe lo que ha sido el anarquismo, que la ignominia que le han fabricado es pura fantasía, y que puedes encontrar a todos estos autores en los anaqueles de las tiendas de servicio)

El problema es otro, y tiene que ver con la resistencia de la vida ante la tiranía de etiquetas, a las identidades esencialistas, a las abstracciones y a las ideas fijas que el estado perpetúa, directa o indirectamente. No defiendo la exposición, que esté claro, ni siquiera mi práctica, pero el problema de tu discurso, como el de muchos, es que peca de lo que critica, y más, subiéndose a los flujos discursivos provenientes desde occidente, flujos colonizantes que desactivan la praxis mediante verborrea o retórica sin propuestas, muy ad hoc con el mercado, dicho sea de paso. El problema del arte es que se ha convertido en un campo de batalla de posturas retóricas comandadas desde los aposentos curadoriales, desde las cómodas infraestructuras e intereses que representan: poco hacer mucho decir, mucho decir impidiendo hacer. Es por esto que en un 99% de la curadurías se siente una fisura irreconciliable entre prácticas: la curadorial y la artística.

Si profundizaras precisamente en esto, en como (parafraseando al comité invisible francés) el medio cultural ahoga los deseos revolucionarios, así como principalmente los creativos, en como el medio y el mercado son obviados en muchas de las prácticas artísticas recientes, en fin, encausar las derivas del Comité Invisible Jaltenco sin sentencias de muerte, sin etiquetar prácticas, sin confusión de campos, pero desde una postura ética (visto que es ésta la que falta en cualquier enunciación desde siempre, es en ésta donde reside la responsabilidad en el lenguaje y que el poder decide siempre suprimir), analizando mecanismos y proponiendo alternativas, sería una aportación enriquecedora para todos.

No creo que se pueda generalizar a los artistas de esta exposición como una generación (hay varias generaciones, no por fechas de nacimiento sino por vínculos) que represente a la ideología hegemónica cultural del país, más bien en los últimos diez años todos estamos dando patadas de ahogado por una mercantilización extrema que sufrió el arte en los noventas y por la criba de una elite curadorial y de funcionarios que ha posibilitado e imposibilitado manifestaciones. No es casualidad que la figura del curador cobra fuerzas como agente asalariado en esas mismas épocas de extrema mercantilización.

Juan Pablo Macías

9 de Enero de 2012

Livorno, Italia

Respuesta de Yishai Yudisman a la réplica del Comité:

Estimable comité unívoco e inalienable,

Gracias por tomarte la molestia de plantear en unos cuantos párrafos las ambiciones filosóficas de tu empresa. Sin desear por mi parte —como bien apuntas— entrar en un debate que no nos llevaría muy lejos, quisiera brevemente compartir contigo mis impresiones personales mientras espero a que salga mi hija de su clase de guitarra. Son meramente opiniones...

1) Tu perspectiva está atrapada en demasiada teoría post-estructuralista franchute. Te confieso de entrada que el culto por la figura del intelectual post-marxista europeo me apetece muy poco. El excesivo desplante de menciones de Deleuze, Foucault, Ranciére etc. etc. etc. sugiere cierta ansiedad por sobreponerse al provincialismo intelectual. De buena onda te sugeriría que intentes sustentar tus propuestas en argumentos en lugar de montarlas sobre los pedestales de tus ídolos.

2) La ilusión de que el arte puede servir como instrumento efectivo de resistencia política es patentemente cada vez más hipócrita, patética y ridícula. Tus acertadas observaciones acerca de la expo en el Amparo ponen en evidencia la bancarrota de tal pretensión.

3) Si, como dices, Miguel Ventura y HIto Steyeri han dejado de hacer arte en protesta al status-quo del arte contemporáneo, les deseo la mejor de las suertes. No por ello pasan a ser los héroes del momento. Han habido miles y miles de artistas que han dejado de hacer arte por razones similares, sin hacer ruido ni pensar que ello implica un acto de resistencia. La resistencia auténtica tendría que armarse alrededor de una huelga generalizada de artistas que se negaran a participar en el medio. Y ya quiero ver cuántos de nosotros nos resistiríamos a acceder a la invitación a participar en la siguiente Documenta! Puta sí....

4) Yo no me suscribo a las tendencias anarquistoides que reverberan en tus líneas. Pero si piensas que hoy en día la humanidad requiere urgentemente la acción política que logre desmantelar el "estado de ocupación ideológica", te recomendaría personalmente que dejes atrás las pendejadas del arte contemporáneo y mejor inviertas tus esfuerzos en algún vehículo que realmente pueda ser efectivo-- como la prensa, las ONG, la propia política o de plano el terrorismo.

5) Pero no la chingues-- Si vuestra estrategia a seguir ambiciona montar un sistema basado en la resistencia francesa durante la ocupación nazi, tu y tus colegas no llegarán muy lejos. Según recuerdo, de Gaulle hubiera quedado borrado de la historia (en efecto, invisible e imperceptible) si no fuese por los muy perceptibles cañonazos de los yanquis.

6) El bosquejo que pintas del conflicto Israelí-Palestino está descaradamente inflamado por una extrema des-in-formación, tu aparente ignorancia de la historia del conflicto y un maniqueísmo que parece infectar el resto de tu visión.

7) Finalmente, el esconderte detrás de un pseudónimo es un estratagema más bien cobarde. Tu vida no está en riesgo por criticar a algunos artistas. Como se dice entre los puercos capitalistas; Put your money where your mouth is...

8) A pesar de todo lo anterior, las lecturas de las obras de arte en cuestión en tus reseñas son generalmente puntuales, y resulta refrescante que se ventilen dentro de nuestro pinche y mediocre medio. Yo ya hace tiempo que me di por vencido y dejé la pluma (o el teclado...)

Deseándote un feliz y próspero año,

Y.

sábado, 7 de enero de 2012

Respuesta a Yishai

Hola Yishai:
Agradecemos tu irónica solidaridad aunque no sea el fruto de las ganas de participar en un debate, sino del ennui. Gracias también por haber indicado la oscura elipse con la que concluimos (demasiado rápidamente) la reseña de Resisting the Present
–no fuiste el único en localizar este fallo estructural en la reseña:

"...Plantear a la resistencia como alternativa a la negatividad crítica es acertado, ya que vivimos bajo un estado de ocupación ideológica. ¿Cómo resistir? ¿Cómo defender lo común? El mercado del arte (que abarca bienales y ferias), está inundado de obras que operan bajo la misma fórmula que las expuestas en Resisting the Present. Ante esta sobreproducción de lo banal, el artista visual Miguel Ventura propuso un moratorio al que le hace eco Strike (2010) de Hito Steyerl."

A continuación, voy a desmenuzar las implicaciones de este párrafo:

Estamos de acuerdo con Gilles Deleuze en plantear a la resistencia como un modelo alternativo a la negatividad vanguardista o anarquista para el arte crítico y/o politizado. Como lo notamos al principio de la reseña (y se lo aclaramos a Juan Pablo Macías), Deleuze plantea a la resistencia como inminente ante la ocupación de la in-formación en las sociedades de control. La in-formación que caracteriza a las sociedades de control implica que los flujos de capital capturan al conocimiento, a lo sensible, al trabajo inmaterial y afectivo, etc. transformándolos en información, misma que moldea a los sujetos (in-formación). Estamos también ocupados por la InfoEsfera, que nos proporciona sobrecargas de información que causan patologías en el tejido social como la ansiedad (Bifo ha escrito mucho acerca de esto). Las fuerzas de poder son también una máquina de captura de lo común: la cultura, la tierra, el conocimiento, los recursos naturales.

Foucault escribió que las sociedades de control se caracterizan porque las relaciones de poder son inmanentes a todas las relaciones (procesos económicos, sexuales, de conocimiento), jugando un papel directamente productivo (de ahí que in-forman o moldean a los sujetos ‘cualquiera’, en vez de atribuirles identidades preestablecidas). La sociedad de control contrasta (y co-existe) con la sociedad disciplinaria, en la que las líneas de poder se extienden en el espacio social a través de las instituciones. Es decir, en las sociedades disciplinarias la ejecución de poder se organiza por medio de despliegues ideológicos, institucionales y corporales. La diferencia entre las sociedades de control y las disciplinarias es que en las primeras el poder no puede aislarse a un nivel distinto de la sociedad para retarse: las causas y las intenciones que informan y ordenan las relaciones de poder son inmanentes al campo de fuerzas. Como consecuencia, el espacio social está colmado por la infinita producción y modulación (“administración de los flujos de cuerpo, dinero y mercancías) por parte del Estado; lo que Foucault llamó “biopoder.” Foucault insistió que las instituciones ya no ocupan una posición principal como fuentes de poder, sino que son una máquina infinitamente programable que representa la consolidación (o el ensamblaje) de las estrategias del poder. Dentro de este panorama de ocupación ubicua del cuerpo, de lo sensible, de lo social, lo económico y de lo cultural y de la captura de lo común por parte de las fuerzas (neoliberales) de poder, caracterizadas por la movilidad, velocidad y flexibilidad, se propagan las pasiones tristes como la ansiedad, el cinismo, la ironía y el mantra del “no futuro.”

Deleuze planteaba al modelo de la resistencia francesa a la ocupación nazi como modo de acción contra la ocupación de la in-formación, con sus redes de apoyo y de acción invisibles e imperceptibles. Un ejemplo de resistencia más cercano es el de los palestinos a la ocupación israelí. Sin embargo, estamos en un momento histórico en el que lastimeramente, el modelo que se está siguiendo no es el de la resistencia palestina, sino el de la forma y estrategias de ocupación israelí de controlar, denigrar, humillar, desposeer, torturar, expulsar (…etc.) a los palestinos (de Zucotti a Tahrir, pasando por Santiago, Atenco, la Rocinha…). La indignación se queda corta, y la insurrección contra la más sofisticada forma de ocupación y de producción de consenso (a favor de los intereses del Ocupante) está configurándose imperceptiblemente, está por venir.

Para poder operar dentro del campo simbólico de producción de arte contemporáneo (el Artworld), los artistas deben asumir que la actual condición de producción del arte es el mercado. Este se considera como un campo simbólico autónomo de acción que puede trascenderse al infiltrarse en la vida cotidiana o en el tejido social. Sin embargo, este campo de producción está evidentemente configurado por relaciones de poder que moldean tanto a los sujetos que operan en él como a las mercancías que producen. La indignación se queda corta para los que creemos en el potencial de resistir del arte, y la insurrección contra la más sofisticada forma de ocupación está configurándose imperceptiblemente, está por venir.

La sociedad de control necesita hacerlo todo visible para controlarlo, moldearlo y para hacerlo consumible. El campo simbólico del arte contribuye activamente a alimentar las fuerzas de poder; y ante la actual sobre-producción de bienales, ferias, exposiciones, catálogos, finalmente celebramos el moratorio propuesto por Hito y por Miguel Ventura: dejar de producir o producir imperceptiblemente.

miércoles, 4 de enero de 2012

10 Enemas for Contemporary Art by Sina Najafi



1. Ban the word "contemporary".
It has no philosophical basis and discourages a historical perspective.

2. Make all artworks and art criticism anonymous.
This suggestion, adapted from Foucault, counters the fact that "a name makes reading too easy". (1) Art will be changed as dramatically as banning inheritance would change the world.

3. Force every piece of art criticism to begin by answering this question: "On whose behalf and for whose benefit is this text being written?"
As Boris Groys has outlined, the art critic today is a homeless figure who has abandoned the "public" but not been accepted by the artist. Art criticism today is written in order not to be read. (2) Address this situation explicitly.

4. Ban reviews from any art magazines that accept gallery advertising.
Breaking the collusion between advertising and reviews requires this drastic measure.

5. Impose an artificial limit of $10,000 for production expenses on all art projects for four years.
What was once an interesting question of scale in art has now become a mere question of size. Stop the supersizing of art.

6. Place a moratorium on all biennials for a period of at least four years.
Also, no more books and shows purporting to round up "the best" of this and that.

7. Prevent anyone below the age of 30 from exhibiting.
Take seriously Nietzsche's warning that the artists today suffer from being exhibited or published before they can mature. A few precocious artists will suffer from this policy but the benefits will outweigh the losses.

8. Require every critic to make an artwork a year, and every artist to write a piece of art criticism a year.

9. Shut down all branches of museums.
The proliferation of such spaces promotes belief in a beast called "international contemporary art". The brand name museum now creates the brand name artist to burn as fuel for its own mission. (3)

10. Force every potential art buyer to submit an essay that argues for why he or she deserves to own the particular piece of work.
These anonymous applications will be reviewed by the artist to select the buyer.

...........................
(1) Michel Foucault, "The Masked Philosopher", in: Lawrence Kritzman, ed. Michel Foucault: Politics, Philosophy, Culture: Interviews and Other Writings, 1977-1984 (New York & London: Routledge, 1988).

(2) Boris Groys, "Critical Reflections", Artforum, October 1997.

(3) See Carl Skelton, "Guggenheimlichkeit", in Cabinet, issue 4 (2001).

FUENTE: anthologyofart.net

martes, 3 de enero de 2012

Respuesta de Yishai Yudisman a la reseña "Resisting the Present"

Estimado Comité,

Gracias por tomarse la molestia de ir hasta Puebla y montarse la exhaustiva reseña, de modo que los potencialmente interesados nos ahorremos el viajecillo y podamos autocongratularnos de evitar contribuir a las emisiones de combustibles que tanto daño han hecho a los pinos del Popo y el Iztla. Como estoy medio aburrido hoy en la mañana, quisiera nada más compartir con ustedes mi solidaridad con su intento por desenmascarar las pretensiosas hipocresías de nuestro medio, así como mi relativa desilusión de tener que concluir la lectura del argumento que vuestra invisibilidad propone con el siguiente párrafo:

"...Plantear a la resistencia como alternativa a la negatividad crítica es acertado, ya que vivimos bajo un estado de ocupación ideológica. ¿Cómo resistir? ¿Cómo defender lo común? El mercado del arte (que abarca bienales y ferias), está inundado de obras que operan bajo la misma fórmula que las expuestas enResisting the Present. Ante esta sobreproducción de lo banal, el artista visual Miguel Ventura propuso un moratorio al que le hace eco Strike (2010) de Hito Steyerl."

Los absurdos y contradicciones implícitos en estas pocas líneas son tal flagrantes como los de las obras de arte que critican. Lástima. Parece que les dió hueva pensar en una conclusión más consecuente, lo cual es perfectamente comprensible bajo las circunstancias pero no por lo tanto excusable. Sin embargo, mucho se les agradecerá que pa la próxima le echen ganas hasta el final.

Tierra y Libertad

Yishai (Yudisman)

Hola Juan Pablo:

Agradecemos mucho tu réplica a la reseña de la exposición Resisting the Present. Se transparenta una ironía furibunda, y sentimos mucho haber malinterpretado la pieza con la cual contribuyes a la exposición. También sentimos que no te hayas tomado la molestia de hacer una búsqueda en google de los héroes contemporáneos de la contra-información, porque el haberlos considerado artistas visuales le da a tu texto la lastimera calidad de verborrea pseudo-ilustrada: Bradley Manning es el soldado estadounidense que proporcionó una gran cantidad de archivos secretos del ejército norteamericano durante la ocupación de Irak a Julian Assange; actualmente lo están enjuiciando y lo acusan de colaborar con el enemigo, crimen que conlleva la pena de muerte. Mordechai Vanunu y Anat Kamm son israelíes que han revelado información secreta sobre la tecnología nuclear y los “targeted killings” de palestinos, respectivamente. Israel les ha impuesto castigos ejemplares.

Nos alivia saber que no somos los únicos en haber mal leído tu pieza Biblioteca de anarquismo y anarquistas (2009-2011). El problema es el texto explicatorio en la ficha informativa proporcionada por el museo, que contiene siguiente cita (¿tuya?): "la idea es que si alguien incluye algunos libros en su biblioteca cada vez que los saque se borrarán y dañarán los libros de los lados". (Caja Blanca. "la galería menos hipócrita de todas", exhibe Antes/después. Fuente: La Jornada, domingo 27 de marzo de 2011, p. 7). ¿Cuáles son las implicaciones que las fuentes de los libros de tu biblioteca provengan de archivos digitalizados de Microsoft y Google? ¿Es una crítica a que el acervo textual de la humanidad (the commons) haya sido digitalizada y así privatizada? ¿Cuál es la simbología de las tapas enlijadas? ¿Qué implica la idea de “conocimiento anarquista”?

Creo que tu pieza es probemática como toda obra neo o post-conceptual lo es (Minerva Cuevas, Héctor Zamora, Adriana Lara, son algunos ejemplos en la exposición), en cuanto a que se transforman en alegorías subjetivas de la información empírica que ilumina la pieza. Como alegorías, son dependientes de la información que las respalda y todo arte que “informa” al espectador con pequeños gestos, no hace más que confirmar las creencias del espectador sobre un tema político dado (relaciones México-Estados Unidos; la transformación del conocimiento en información; la privatización de lo común; la corrupción en el mundo del arte, etc.). De este modo, operan como el marketing, bajo la lógica de la redundancia: confirmando las creencias, expectativas o ideas de quien recibe el mensaje. En ese sentido, podríamos hablar de dos tipos de estética politizada que coexisten actualmente: la estética que hemos llamado en este blog del realismo capitalista, ejemplificada con el trabajo de Santiago Sierra, o lo que hemos llamado poetismo neo-con(ceptual).

Con respecto a tu condena y menosprecio de las derivas críticas del Comité, aclaramos que no nos interesa “dar ejemplos” de ética o política estética. Nuestro objetivo es publicar un tipo de cuaderno de notas (más informales que académicas) para constituir un foro crítico de lo que todo el mundo habla entre sí pero que nadie hace público. Nos interesa también cuestionar las estructuras e ideologías culturales que se han consolidado en el país como hegemónicas en los últimos diez años. El estatus de anonimato del Comité tiene que ver con una postura política compleja. Somos la facción auto-denominada de Jaltenco del Comité Invisible francés, quien en 2007 firmó el manifiesto político La insurrección que llega, al cual nos suscribimos (humildemente). En la introducción dicen:

Este libro está firmado por un colectivo imaginario. Sus redactores no son los autores. Se han contentado con poner un poco de orden en los lugares comunes de la época, en lo que se murmura en las mesas de los bares, tras las puertas cerradas de los dormitorios. No hacen sino fijar las verdades necesarias, aquellas por las que el rechazo universal llena los hospitales psiquiátricos y las miradas de pena. El privilegio de las circunstancias radicales es que la precisión lleva en buena lógica a la revolución. Basta con hablar de lo que tenemos ante nuestros ojos y de no eludir la consecuencia.[1]

Evidentemente no se trata de esconderse tras un pseudónimo, sino de operar murmurando y tartamudeando a gritos desde una trinchera lo que todo el mundo sabe, descaradamente y sin eludir la consequencias. Consideramos que las metáforas que han sido ligadas al arte politizado como la vanguardia, la resistencia o el anarquismo deben de repensarse. Planteamos a la metáfora de la trinchera como una alternativa. La última guerra en la que se usaron trincheras fue la 1ª Guerra Mundial, cuando todavía se luchaba cuerpo a cuerpo. Quien lucha desde la trinchera no puede ver al enemigo. Justo como hoy en día, estamos ocupados por un enemigo omnipresente y escurridizo, difícil de elegir como blanco. Desde la trinchera uno puede tirar sólo intuitivamente a ciegas. Mientras que al Comité no le interesa hacerse de un nombre ni de entrar al sistema de canonización en vida de productores culturales, nuestro anonimato es a grandes voces: si preguntas por allí, o examinas con cuidado el blog, no te será difícil descubrir el rostro del Comité. ¡Por supuesto que somos parciales! Toda crítica lo es, y le apostamos a un arte visionario, que trascienda la redundancia y la información, que ilumine. No nos interesa un arte que haga “política pura y dura,” (no nos imaginamos cómo sería dicho arte). Tampoco se trata de que el arte se convierta en terapia; un caso vergonzoso y banal es Sanatorium, la intervención que hizo Pedro Reyes en Brooklyn en 2012, una burla Fluxus New Age. Estoy completamente de acuerdo contigo Juan Pablo: “no le podemos pedir al arte que nos in-forme, nos exponga o nos diga sobre 'los procesos socio-económicos y geopolíticos del presente.’” En ese sentido somos alumnos de Jean-Luc Godard, quien dijo repetidas veces, “pas faire des films politiques mais faire des films politiquement.” Esto implica tener conciencia del sitio que el productor cultural ocupa dentro de las relaciones de producción, es decir, dentro de su contexto social, económico e histórico. Implica un alto grado de auto-reflexividad, de innovación formal y sobre todo, de libertad. Estamos en desacuerdo contigo, Juan Pablo, cuando afirmas que los mecanismos de despolitización cultural se encuentran en la universidad o en las instituciones culturales. Evidentemente no son espacios neutros (como lo proclaman los cubos blancos) porque se encuentran subsidiados por el poder económico. Sin embargo, la despolitización se encuentra en la autocensura de maestros, alumnos y productores culturales, en un momento parecido tal vez al mundo de la academia francesa en su apogeo durante el siglo XIX, en el que todo el mundo es capaz de hacer cualquier cosa por entrar al sistema, incluyendo la adopción de “discursos de izquierda híper-retóricos con dosis de Narciso.” Lo manifiestas tú mismo cuando dices que la práctica artística se trata de tener “conciencia del uso de gramáticas”, trascendiendo la gramática del poder y “sonorizando tensiones.” ¿Porqué no crear nuevas gramáticas? Y eso de “sonorizar tensiones” nos parece bastante débil y a fin con el mercado: la sucesión sin fin de eufemismos pseudo-poéticos que llenan galerías, museos, bienales. Te parece que “sonorizar tensiones,” ¿es resistir? A nosotros nos suena como autocensura. ¿Dónde están las reconfiguraciones de las gramáticas de poder en el campo simbólico de producción del arte, más allá de las payasadas políticamente correctas de Tercerounquinto? Tampoco se trata de que el arte ilustre las teoría radicales de antaño; de eso hay mucho, por ejemplo, la canalización de la filosofía de Gilles Deleuze, sobre todo para justificar proyectos culturales mediocres. En cuanto a tu pregunta sobre la fenomenología del sufrimiento de Bifo: es más bien Guattariana y está enfocada a un análisis de las patologías de la sociedad creadas por el Semiokapitalismo.[2]



[1] Puedes encontrar un fragmento del texto y el lazo al pdf completo aquí: http://www.polemica.org/modules/smartsection/item.php?itemid=175.

[2] Ver: La fábrica de la infelicidad (2007).