sábado, 31 de julio de 2010

PÁNICO DE ENTROPÍA E IDEOLOGÍA DESARROLLISTA EN EL CAPITALISMO TARDÍO




El video es un espot de “Das Handwerk,” una campaña publicitaria alemana que celebra e intenta dar visibilidad al trabajo manual y artesanal. Hoy en día, en los países llamados “desarrollados” o de primer mundo, la mayoría de los habitantes se dedican a la labor inmaterial (gestión, comercio, servicios, creatividad), la mano de obra está conformada por una masa invisible de inmigrantes, y la producción industrial ha sido delegada al tercer mundo desde hace al menos dos generaciones. Así, el trabajo manual – o el lazo que existe entre producción y consumo – se ha hecho invisible. El video intenta hacer conciencia de ese lazo mostrando un mundo en el que el trabajo manual desaparece gradualmente. La narrativa se centra en una pareja: él está en su oficina casera (en el típico setting post-fordista que borra la distinción entre espacio y tiempo de trabajo y privado) y ella en la calle; van experimentando horrorizados como el mundo “sin mano de obra” comienza a desintegrarse alrededor de ellos (de forma similar a la escena en la que se desintegran el mundo y los humanos en la película de ciencia ficción: "The Day the Earth Stood Still," 2008). En un momento dado se juntan en la calle para seguir siendo testigos de la desintegración de la civilización hasta que de pronto se encuentran inexplicablemente atrapados en el mundo neardental, que más que un ambiente natural, parece parece el débris de una ciudad bombardeada. Desprotegidos y desnudos, comienza a lloverles encima mientras que intentan inútilmente encender fuego con el método ancestral de frotar dos palillos.

No es azaroso que el mundo que muestra el espot sea uno en el que el trabajo manual tenga el rol de ser la base de la civilización y de la cultura; y que su desaparición (o su no valorización: hypérbole en la que se inspira el video) de lugar a un tipo de Apocalipsis en el que los tornillos se desatornillan, los archivos se despapelan, la comida, la prensa, los metales, los edificios, los zapatos, las paredes, edificios y calles enteras se desintegran súbitamente en un retroceso frustrante a la época invención al fuego. La lógica que sustenta al espot tiene que ver con el lazo ideológico que predomina actualmente entre desarrollo y tecnología, riqueza y bienestar (Wellness), que es lo que también sostiene al capitalismo tardío. Otro lazo ideológico que aparece en el video es el dibujado entre cultura y civilización, cuando una orquesta entera se deshace seguida de la desintegración de edificio neoclásico (¿Un museo en Berlín?).

Desnudos ante una naturaleza (por cliché) hostil,
la pareja aparece en un affiche que es también parte de la campaña,
mostrando el retroceso del “Wellness” (o SPAs) al baño en el río.

Se hace evidente que la narrativa de la campaña se encuentra incrustada en la ideología desarrollista (“Developmentalism”) que predica que civilización, progreso, cultura y desarrollo van de la mano junto con el individualismo y la descentralización de los mercados, lo que ha dado lugar a objetos de consumo como: la penicilina, el aire acondicionado, el maíz de alto rendimiento, el auto, el iPod, y por lo tanto a menores tazas de mortalidad y mayor calidad de vida. Sin embargo, detrás de las idea de desarrollo, de “crecimiento” y “mejora” está un intento por camuflar la batalla en contra de la entropía y la decadencia en nombre del bienestar (individual) que alimenta al capitalismo tardío, al igual que hace invisible la brecha que el “progreso” y la “tecnología” abrieron entre el hombre y la naturaleza –hoy inconcebible si no es manipulable o modificable (ver: la geoingeniería y las soluciones “cosméticas” que se han propuesto al cambio climático) de acuerdo con la actual lógica de acumulación; es por ello que en el video, el hombre lanzado a naturaleza sin herramientas para “dominarla” implica el Apocalipsis absoluto.

Además, la dogmática oposición entre tecnología y naturaleza que sustenta la narrativa del video (y a la ideología capitalista) reduce a la tecnología a ser una herramienta o mecanismo para controlar y manipular a la naturaleza. Tal vez sería hoy más fructífero concebir a la tecnología de forma distinta, por ejemplo, de acuerdo como lo expone Gilbert Simondon en su libro: “Del modo de existencia de los objetos técnicos” (1958). Simondon argumenta en contra de la reducción de la tecnología (que en su concepción va desde un martillo a una computadora) a una función utilitaria porque para él es más que eso; según él la tecnología es primero, un conjunto y segundo, un proceso de invención (y por lo tanto creativo). De esta manera, la idea de tecnología incluye las relaciones entre las herramientas y máquinas y entre éstas y los seres humanos que las usan dentro de su ambiente o entorno, considerando también la calidad y forma de los materiales con los que interactúan. Para Simondon, naturaleza, herramientas, máquina y hombres están interconectados de diversas y complicadas formas debido a los esquemas conceptuales que sustentan sus usos; así, la tecnología excede propósitos ultilitarios, descubriendo y produciendo redes de relaciones complejas, y en lugar de alienarnos del mundo natural (como lo implica el video), funciona como mediador entre la naturaleza y el hombre.

En cambio, la narrativa desarrollista del video fetichiza al trabajo manual (y a su supuesta función de dominar la naturaleza), curiosamente en una sociedad en la que predomina la labor inmaterial. Uno de los eslóganes de la campaña es: “Die kurze Geschichte des Handwerks: Rad erfunden, Pyramiden gebaut, Mars erkundet, Abfluss repariert.” (Corta historia del trabajo manual: descubrimiento de la rueda, construcción de las pirámides, conquista de Marte, reparación de las cañerías). Este slogan reafirma la fantasía del hombre como Señor absoluto del universo que tiene al avance y al crecimiento entre sus manos. Sin embargo tanto el crecimiento como el desarrollo han probado no ser sustentables debido a su alto coste energético, económico, ambiental y humano. Incluso se ha hablado de la idea de “decroissance” (descrecimiento – que es distinto al “crecimiento negativo”) como meta política. Ésta es una idea avanzada por el antropólogo francés Serge Latouche que de hecho actualmente, con la crisis financiera global, se ha convertido en una realidad operativa. Es decir, el desmoronamiento del sistema industrial, la disminución del poder de adquisición de los consumidores, entre otros, han logrado que el descrecimiento ya no sea un programa para el futuro con resonancias (para algunos) hippies, sino que está aquí para quedarse. El problema inevitable del descrecimiento es que la cultura de la sociedad contemporánea no está preparada para “descrecer,” ya que la organización de la sociedad se basa precisamente en la idea de la expansión sin fin, del consumo y del crecimiento del Producto Interno Bruto. Además de que el alma moderna haya sido moldeada por conceptos como privatización, satisfacción sin fin, la asociación entre riqueza y poder de adquisición (para “mejorar” o “simplificar” la vida diaria), etc. Y que la psique colectiva esté construida a partir no del placer sensual sino del placer de poseer y adquirir instrumentos y prótesis para "mejorar" formas de vida.

Fuentes:

  • William Easterly, “The Ideology of Development,” Foreign Policy (Julio-Agosto 2007) disponible en red: http://www.nyu.edu/fas/institute/dri/Easterly/File/FP_Article0707.pdf.
  • Entrada sobre Simondón en el blog “The Pinocchio Theory” (de Stephen Shaviro) disponible en red: http://www.shaviro.com/Blog/?p=298
  • Comité Invisible, "The Coming Insurrection," disponible en red: http:// libcom.org/library/coming-insurrection-invisible-committee

Postscript: Ver artículo en Le Monde Diplo (edición en inglés) sobre una nueva comunidad de colonos recientemente migrados al área de las montañas Cévennes en Francia. Viven bajo la filosofía de la "décroissance" (degrowth, descrecimiento), un movimiento medioambental que aboga por el descrecimiento desgeneralizado -por lo menos en las naciones "desarrolladas." No son luditas y buscan vidas mejores para ellos y sus hijos; estos "néos" en las Cévennes son artesanos, artistas, trabajadores sociales, traductores, activistas... muchos se prepararon para venir entrenándose como granjeros, o para hacer quesos o pan. Muchos eran profesionales urbanos o tienen doctorados, eran viajeros u ocupas (squatters). Este éxodo de las ciudades al campo comenzó en 1980... unos personajes de la película "Vagabond" de Agnés Varda de 1985 pertenecen a esta tendencia...
Ver: Tom Genrich y Michele Perry, "Settlers by Choice," http://mondediplo.com/2010/08/11settlers





http://mondediplo.com/2010/08/11settlers

viernes, 16 de julio de 2010

Para comenzar a pensar la brecha que actualmente existe entre la estética y la política,

podríamos empezar por considerar la distinción entre crítica social y crítica estética y sus destinos, tal como lo han articulado Boltanski y Chiapello:
"En el siglo XIX se construyeron dos formas de crítica : la "crítica artística", la cual elabora demandas de liberación y de autenticidad, y la "crítica social," la cual denuncia la pobreza y la explotación [...] A partir de mediados de los 1970s, los temas de la crítica artística fueron integrados al discurso del capitalismo y podría decirse que esta crítica ya ha sido parcialmente satisfecha, mientras que la crítica social se quedó atontada, desprovista de base ideológica y consignada al basurero de la historia."

Luc Boltanski & Eve Chiapello, "The New Spirit of Capitalism," (London: Verso, 2001), p. 346.

EL ARTE SIMULACRAL DEL “FETICHE CRÍTICO” Reseña de la exposición en CA2M, Madrid, curada por el colectivo Espectro Rojo

La exposición “Fetiches Críticos” elude el discurso “anti-capitalista” que ha predominado en el arte contemporáneo que lo concibe como “máquina deseante” en un sistema infinitamente abierto, en crisis constante y que consecuentemente ha anulado la criticalidad. “Fetiches críticos” reclama los lazos entre deseo y capitalismo apoyándose en el deseo por el Otro no Occidental, intentando des-domesticarlo y re-primitivizarlo dentro del campo epistemológico del exceso y del gaste (dépense) según Georges Bataille. La noción de gaste implica un gasto improductivo enfatizando lo radicalmente Otro – que es lo que se encuentra el campo epistemológico del exceso y que se sacrifica, marginaliza, excluye o gasta en un ritual a favor del establecimiento de una epistemología coherente (por ejemplo: las perversiones sexuales europeas, los sacrificios rituales en las culturas primitivas, el potlach). El concepto de gaste se refiere a los momentos en los que la sociedad re-asigna al exceso, la otredad y lo marginal a una economía política racional basada en los valores de producción, utilidad y regulación. En otras palabras, el gaste son los momentos en los que se procesa la mierda, la materia heterogénea o amorfa, al material de base, lo que no tiene forma para transformarla en algo productivo y racional. Mostrando obras que funcionarían como antídotos a los efectos de la crisis del capitalismo, “Fetiches críticos” hace un llamado a momentos de anti-producción, a desactivar los mitos del (sub)desarrollo y a poner en operación al objeto artístico como objeto de deseo y subversión.

El pensamiento de Bataille inspiró una exposición curada por Rosalind Krauss e Yves-Alain Bois en 1996: “L’informe: mode d’emploi” en el Centro Georges Pompidou. En un esfuerzo por hacer una taxonomía del arte moderno a partir del no-concepto de “l’informe” de Bataille, Krauss y Bois reunieron un conjunto de obras con el afán de abordar la capacidad del arte moderno de articular al mundo deshaciendo categorías dadas a priori, en este caso, las heredadas del proyecto iluminista Occidental. Operando en el campo de la oposición “Norte/Sur,” en la exposición de Espectros Rojos, “l’informe” adquiere el potencial de hacer la operación inversa, reobjetualizando (¿Post-neoconceptualmente?) al arte que viene del “sur” para subvertir al sistema capitalista y a su mito desarrollista. En este sentido, a diferencia de “L’informe,” “Fetiches críticos” muestra una sana inadecuación entre plataforma teórica y objetos expuestos, evitando convertirse en una exposición de teoría aplicada. En general, podrían pasarse por alto las incoherencias teóricas de la exposición e ignorar el intragable tratado sobre el fetiche basado en la conceptualización de William Pietz del fetiche como dinero: “el punto de entronque que sutura la ausencia de un código general que refiere a transacciones amplísimas.” Lo que no puede ignorarse, es la grave ceguera de la exposición y de las obras ante las condiciones actuales del capitalismo y de las herramientas teóricas disponibles para su análisis crítico. La exposición deja mucho que desear en cuanto a que no toma en cuenta el pasaje del capitalismo industrial al cognitivo-financiero ni las transformaciones epistemológicas de la mercancía que este pasaje conllevó. Predeciblemente, “Fetiches críticos,” falla en su pretensión subversiva de ser un nuevo paradigma, de presentar “un circuito de artistas y pensadores que se proponen reinventar la noción de pensamiento radical desde las cenizas” (con la misma planilla de artistas de siempre) y de provocar en el espectador una “experiencia política inédita.” Esto se debe a que la exposición no va más lejos de un nominalismo superficial del estado de las cosas, de gestos banales y de presentar tautológicamente (y sin ser auto-reflexivo) el estatus del arte dentro de la industria de la cultura como “fetiche crítico.”

La plataforma teórica de “Fetiches Críticos” pretende matar a dos pájaros de un tiro, por un lado, recuperar al fetiche como un campo epistemológico “Otro” al occidental para una insistir en la crítica al colonialismo (cultural, no económico, despolitizando dicha crítica), designando a las categorías dadas a priori como lo Europeo y a lo primitivo como la capacidad de reconstruir y subvertir dichas categorías. Esto aparece ilustrado en “Works of the Chapman Family Collection” (2002) de Jake y Dinos Chapman, quienes jugando a ser artistas “naif primitivos globalizados” aluden especialmente en CFC76249559.3, a la noción de “primitivo” (en el sentido modernista de la palabra) amalgamándola con la idea liberal de la globalización como hybridización cultural.


Jake y Dinos Chapman, CFC76249559.3 de la serie “Works of the Chapman Family Collection” (2002)

El resultado oscila entre una declaración cínica ante la recuperación de lo primitivo y lo “auténtico” por la industria transnacional de franquicias y de la cultura habiendo leído a Néstor García Canclini con resaca (su libro “Culturas Híbridas” se publicó también en 2002). “This Functional Family” (2007) de Judy Werthein opera de forma similar pero invirtiendo contenido y forma: “los otros” aparecen contenidos en la utopía arquitectural modernista previsiblemente socavando sus ideales utópicos. En una veta similar de crítica colonialista pero permeada de la corrección política y de puritanismo característico del discurso anglosajón post-colonial, “Comercio justo de cabezas” (2008) de Maria Thereza Alves invoca la restitución de cabezas por parte de Francia a sus tribus originarias en Nueva Zelanda. Con estas obras, “Fetiches Críticos” sustituye al miserabilismo (conocido también como capitalismo realista o pornografía del desastre) por el correcto post-colonialismo neocolonial. Las obras exploran las transacciones económicas y culturales globales al nivel superficial de la industria de la cultura opacando los estragos del neocolonialismo y neoracismo con los insulsos discursos de la hybridización y la ética de la restitución.

Por otro lado, Espectro Rojo, al recuperar la noción de “fetiche” pretende problematizar las estrategias conceptuales de los 1960s de desmaterialización del objeto de arte que operaban a partir de una política de resistencia a su recuperación por el mercado del arte. Considerando a la “rematerialización del arte” como una “operación que explora la falsa racionalidad del mercado y los intercambios que establecen nuestra sociedad moderna,” la recuperación del fetiche como “rematerialización” en la plataforma teórica de la exposición, se basa en una confusión entre Capital inmaterial (labor cognitiva, finanzas, economía de la información), la “desmaterialización” del objeto de arte teorizada por Lucy Lippard y la condición “post-medio” del arte contemporáneo articulada por Rosalind Krauss. Además, evadiendo la posibilidad de politizar la situación sistémica del arte como el suplemento del capital financiero y de la economía del conocimiento (como se hace evidente por ejemplo, en la visionaria película de Oliver Stone de 1985, Wall Street), planteando al arte como “residuo de la economía general” para desechar la trillada estrategia de la “crítica institucional,” se evita cuidadosamente el posible auto-sabotaje, la reflexividad y la posibilidad de iluminar el estatus inmanente del arte como “fetiche crítico” dentro de la industria de la cultura. En otras palabras, la exposición reitera tautológicamente la situación del arte contemporáneo como suplemento del capital financiero y su reducción a una transacción económica (su pisoteada culminación siendo "Untitled," de Andrea Fraser de 2003). Después de todo, una definición de arte contemporáneo (material o inmaterial) es: “activo contra el cual se puede pedir prestado y aplazar los impuestos de ganancia del capital.” Aunado a ello, en “Fetiches críticos” se reduce al gaste (en el sentido de exceso o surplus – no simbólico, sino monetario), que es precisamente la condición de posibilidad del arte contemporáneo, a un conjunto de gestos estetizados reduciendo tanto a la ideología como al arte en transacciones económicas representados por: “3000 euros de dinero público utilizados en comprar libros de Bakunin para quemarlos en una plaza” de Karmelo Bermejo (2009), “Sin título” (Fe de azar) de Fritzia Irizar y “Beep-Beep-slot. Mobiliario para museos” de Martí Anson (2010). Así, la “falsa racionalidad” del mercado (que en realidad debiera articularse como la violencia inherente al capital financiero que es la causa real de la actual crisis) ni se aborda ni se explica, más bien se reafirma en su manifestación como “industria de la cultura” fetichizada como “zona de confusión y disturbio,” promoviendo la ilusión ideológica de la clase en el poder del potencial “discrepante” del arte. Recargándose en nociones vagas de “economía,” “crisis” y “sistema económico,” tanto discurso curatorial como las obras expuestas hacen flagrante gala de su ignorancia de cómo funciona el capitalismo post-industrial. Tampoco se toma en cuenta el hecho de que la relación del sujeto con el fetiche-mercancía haya sido característica del capitalismo industrial y que en post-fordismo, la relación del “consumidor” con la mercancía haya cambiado radicalmente.

Se ha discutido ampliamente el cambio en el sistema capitalista a partir de los años setenta, del Fordismo al post-Fordismo, el cual implicó el pasaje al capitalismo cognitivo, es decir, de la industria enfocada a la producción de mercancías, a la lógica de la no-mercancía de la producción del hombre para el hombre (la labor inmaterial), creando una economía basada en el conocimiento y la información, regida por la doctrina neoliberal. Si pensamos en la dimensión ideológica del neoliberalismo (actualmente la ideología hegemónica), podría definirse como una forma de pensar, producir y distribuir al antagonismo y la “jouissance” (el disfrute) caracterizada por la decaída de la eficiencia simbólica. El neoliberalismo promete que el mercado es capaz de cumplir todos nuestros deseos (dentro de la lógica del mercado, el arte contemporáneo, por ejemplo, satisface el deseo de subversión y la fantasía de “cultivarse”). Con sus promesas de satisfacer todos nuestros deseos, la jouissance neoliberal reclama el sacrificio de los amigos, de la familia y del alma del sujeto neoliberal. Otro problema del neoliberalismo es justamente el del exceso: por un lado, gastar, trabajar, diversificarse, producir en exceso y por otro, en concentrar la producción en generar deshecho: la producción del capitalismo cognitivo se concentra en la parte semiótica (mercadotecnia) de bienes y empaques desechables y sustituibles, produciendo exceso de signos y basura – una pieza de Arman hubiera sido de lo mas adecuado en “Fetiches Críticos.” En cuanto a la ineficiencia simbólica, se debe a que el neoliberalismo sustituye las identidades simbólicas por identidades y estilos de vida consumibles y desechables; la identidad preponderante es la de consumidor activo sujeto al mercadeo implacable, a las compras obsesivas y a la fiebre de lujo. Dentro de este marco, el Otro neoliberal ya no es ni el colonizado ni el multicultural (que hace tiempo fueron domesticados como mercancías) sino contra quien compito en la carrera darvinista de emprendedores o quienes se quedan excluidos del circuito de consumidores-productores (la underclass y los desempleados). Dentro de este sistema, el objeto de consumo deja de ser un fetiche (u objeto de deseo) para convertirse en seductor sadista. Esta transición se hace evidente al compararse la escena inicial de "Breakfast at Tiffany’s" (1961) con una de "Confessions of a Shopaholic" (2008). Al principio de "Breakfast at Tiffany’s," Holly se pasea por la Quinta Avenida comiéndose un croissant al mismo tiempo que hace window-shopping, mirando con voracidad las joyas expuestas en la ventana de Tiffany’s. El acto de comer y de mirar la ventana hacen que la consumidora potencial ejerza el acto de desear manteniendo agencia sobre sus actos: devora doblemente. En cambio, Rebecca, el personaje principal de "Confessions of a Shopaholic" (basada en la novela del mismo título de Sophie Kinsella) al hacer el mismo recorrido que Holly, cae siempre seducida por los maniquíes y las mercancías que la someten a la compra compulsiva y a sobregirar sus tarjetas de crédito.

Es así como en el contexto de la hegemonía del pensamiento neoliberal las quejas sobre la comercialización del arte y la mercantilización de los valores estéticos no se tratan mas que de un refrán burgués nostálgico colmado del heroísmo inherente a la subversión de las mercancías y el capitalismo por medio del arte. La colusión del arte con la mercancía como “fetiche crítico” fue literalmente expresada con Campbell Soups de Andy Warhol de 1965, cuando de un golpe y en un ritual transparente de simulación de lo estereotípico, Warhol sacralizó al objeto-mercancía y al signo-mercancía. Así, la simulación elevada al estatus de lo sagrado consolidó el estatus oficial del arte-signo como mercancía estetizada. Jeff Koons llevó al arte-mercancía de Warhol un paso más lejos al trasponer la esfera de consumo a la esfera del arte y viceversa en obras como Michael Jackson and Bubbles (1985) y New Hoover (1980); evocar las recientes operaciones mercantiles y financieras de Damien Hirst no está aquí de más.




Michael Jackson and Bubbles (1985) y New Hoover (1980) de Jeff Koons


Está claro que el problema no es ni la mercantilización de lo estético ni el estatus inmanente de la obra de arte como “fetiche crítico,” sino la transcripción de absolutamente todo en términos culturales y en signos museográficos y el hecho de que la cultura dominante sea la reproducción museográfica de la realidad. En otras palabras, el arte es la simulación de todo lo que nos rodea y la instauración de la cultura oficializando al todo en términos de signos y de circulación de los signos, transformando al arte en la prótesis de la mercadotecnia y de la cultura, reduciéndolo a mera repetición simulacral desprovista del poder de la ilusión operando con modelos y fórmulas que se repiten sin cesar (Ver: Jean Baudrillard, The Conspiracy of Art, 2009, p. 105, 106), dentro de una organización social cuyas actividades reflejan el comportamiento de sus participantes dentro de un mercado. La descripción que hace Christian Marazzi de cómo opera mercado financiero podría utilizarse también para definir al arte contemporáneo: un sistema que opera a partir de lenguajes y convenciones, con un respeto absoluto por las instituciones y por las organizaciones que tienen la posibilidad de influenciar dinámicamente lo que se conoce como “opinión pública” (o sentido común).

Simulando procesos politizados, clichés anti-capitalistas o basándose en definiciones o lecturas trilladas y superficiales del capitalismo claramente inadecuadas para abordar el actual estado de las cosas, las obras en la exposición contribuyen a hacer opacas las cuestiones que realmente son importantes hoy. En “Traducción de una charla 3 (Caló),” Santiago Sierra hace cínicamente incomprensibles las demandas y problemas de la clase inmigrante de trabajadores; en sus aportaciones a la exposición, Guillermo Santamarina y Miguel Calderón utilizan obsoletas fórmulas conceptuales para materializar ideas aburridas, obscuras y políticamente ambivalentes; Fran Ilich presenta una gran cantidad de información procesada a través de la retórica de la izquierda (neo)liberal pseudo-conceptualizada en una veta similar que Magdalena Jitrik. Mientras que es bien sabido que economía legal e ilegal coexisten en perfecta armonía (ver: “Capitalismo canalla” de Loretta Napoleoni o “Gomorra” de Roberto Saviano), Fernanda Laguna y Roberto Jacoby en “Donaciones” (2010) y Jota Izquierdo en “La obra de arte en la época de su reproductibilidad pirata,” recurren al cliché de la “copia pirata” como gesto democratizante y subversivo, como signo de una “economía otra” supuestamente peligrosa para el sistema.

En resumidas cuentas, “Fetiches Críticos” no contiene ni teoría ni práctica, y tanto la “experiencia política inédita” como la “reobjetualización fetichista del objeto de arte” y la “teorización crítica de la sociedad mercantil” que la exposición promete, nos recordaron a la coalición del PAN-PRD en las recientes elecciones estatales para ganarle al PRI en su desdibujo de un proyecto político-teórico. Y al hecho de que el Estado esté en complicidad con la criminalización de la protesta y los movimientos sociales, que equivale a la complicidad de la industria de la cultura con la invisibilización de dichos movimientos. Así, tanto “Fetiches Críticos” como el PAN-PRD reiteran la preponderancia del caciquismo neoliberal en coalición con las narco-corporaciones en la esfera política y cultural en México.

Comité Invisible Jaltenco, Madrid, Julio de 2010

POSTSCRIPT: El CIJ no borra los comentarios de los lectores; hasta ahora no ha recibido ninguno, bienvenimos todas las contribuciones, guantes arrojados, respuestas, ideas, etc. de los lectores.

Algunas otras entradas de interés en el blog:

Santiago Sierra: http://comiteinvisiblejaltenco.blogspot.com/2010/06/tour-global-del-no-wwwnoglobaltourcom.html

NILCSTAC de MUACC.NILC: http://comiteinvisiblejaltenco.blogspot.com/2010/02/tal-vez-resulte-mas-simple-poner-la.html

Mario García Torres: http://comiteinvisiblejaltenco.blogspot.com/2010/02/poetismo-neo-con-el-avatar-de-edipo.html

Yoshúa Okón y Carla Verea: http://comiteinvisiblejaltenco.blogspot.com/2010/04/power-cristalizado.html

sábado, 10 de julio de 2010

Imaginación, maicidio y crisis alimentaria


Pobladores de San Juan Teltigas, Oaxaca, recolectan chapulines en cultivos de maíz y alfalfa.

“La imaginación es un acto de magia. Es un hechizo que hace que las cosas aparezcan para ser retenidas.”
Jean-Paul Sartre, “El imaginario.”





• Si el imaginario mexicano ha concebido al campesinado como hordas incontrolables de delincuentes, curiosidad etnográfica, atavismo incómodo, etc., aquí aparece como el agricultor ideal neoliberal globalizado, sin vestimentas indígenas en un campo generoso y fértil.

• Lo que interesa aquí no es la imagen como una representación de la realidad sino su poder dinámico, su habilidad para remover o construir proyecciones, interacciones y marcos narrativos para estructurar la realidad. Lo que es interesante en la imagen, es su habilidad para elegir entre una infinidad de experiencias preceptúales posibles de manera tal que la “imaginación” se convierte en “imagin-acción.” De este modo, la imagen es un instrumento estructurante (dispositif, en francés), un estrato de conciencia capaz de modificar la proyección de un cuerpo en el espacio, metamorfoseando el significado que le atribuimos a la experiencia. Una imagen capaz de predisponer a la conciencia, lo es de producir efectos en el mundo: una “imagen-acción.” El posible proceso de transformación política global está centrado en la producción de imágenes: la “infoesfera” produce narrativas que mueven la conciencia de billones, afecta la economía, la inversión, la demanda, la política y las fluctuaciones electorales, las explosiones de violencia, la formación de alianzas. La imaginación es el espacio dinámico en el que incontables imágenes alcanzarán la conciencia colectiva dispuesta en formaciones narrativas. Es a través de la estratificación de imágenes en la superficie cambiante de la memoria colectiva que los “dispositivos” en los que la realidad pueda ser proyectada se construyen. Aquí, los dispositivos psíquicos moldean la atención a eventos, la filtración de la recepción de noticias, le dan forma a las reacciones emocionales e influencian las elecciones de la gente.

• La tarea política es tener como objetivo el efecto de cualquier acción en la imaginación social. Hay que tener conciencia del hecho que las imágenes hoy, son el dispositivo político básico: una máquina semiótica capaz de comportarse como el paradigma de una serie de eventos, comportamientos, narraciones y proyecciones que moldeen la realidad social.

• Bajo Carlos Salinas y Ernesto Zedillo (1988-2000), la Constitución Mexicana se mutiló para permitir la privatización de la tierra que antes era comunalmente poseída. Se dieron concesiones de distribución de granos (y semillas) a empresas transnacionales como Carril y recientemente Monsanto, los precios garantizados desaparecieron y el crédito para los campesinos pobres se secó. Desde entonces, millones de toneladas de maíz barato proveniente de EU y Canadá inundaron a México llevando a pequeños campesinos a la quiebra.

• La cultura del maíz y de los indígenas mexicanos han estado en estado de sitio desde que el TLC (Tratado de Libre Comercio) entró en vigor en 1994, cuando el gobierno mexicano puso en efecto una serie de medidas diseñadas para eliminar al sector del pequeño campesinado, el cual incluye a la mayoría de los sembradores de maíz. La lógica de la decisión del gobierno fue aparentemente más económica que anti-indígena. Jorge Castañeda, antiguo ministro de exteriores bajo Vicente Fox y profesor en NYU observó que: “no queda claro si el resto de la sociedad mexicana debería de continuar a subsidiar 2.5 millones de familias que nunca escaparán la pobreza cosechando maíz en lotes de tierra pequeñísimos, estériles y que dependen del agua de lluvia.”

• El maíz industrializado proveniente de Estados Unidos comenzó a importarse cuando se firmó el TLC. La exportación del maíz comenzó a ser subsidiada por el gobierno de los Estados Unidos y llegaba México hasta 20% mas barato de su costo de producción. Mucho del maíz producido en Estados Unidos era para alimento de animales, sin embargo, hizo que los precios del maíz mexicano bajaran; para 2008 el precio real pagado a los campesinos mexicanos por el maíz había bajado 50%.

• Al firmar el TLC, el gobierno mexicano desmanteló los programas de apoyo a los pequeños campesinos que existían desde la revolución. En su ensayo: “Sin maíz no hay país” David Barkin cita un tecnócrata de la era de Carlos Salinas diciendo que una política de la administración era la de eliminar la mitad de la población de las áreas rurales de México en cinco años. No queda claro qué había imaginado el gobierno para los campesinos desplazados. Tal vez asumieron que la industria exportadora generaría trabajos para los campesinos desplazados (lo cual no ocurrió).

• Un estudio subsidiado por la Carnegie calculaba que, a una década de haber firmado el TLC, 1.8 campesinos abandonaron sus milpas. Si cada familia de campesinos representa a cinco Mexicanos, el número real de expulsados del campo llega a casi 10,000,000, siendo la mitad de ellos mujeres. Una consecuencia es que ahora las mujeres siguen a sus hermanos y maridos al norte dejando a los hijos con las abuelas; los que se quedaron ya fuera abandonaron o vendieron sus milpas y comenzaron a invertir las remesas en construir sus casas: un fenómeno que podríamos llamar urbanización (favelización) del campo.

• El impacto del neoliberalismo en la agricultura ha sido generalmente negativo en los países pobres. ¿Porqué? Las premisas del neoliberalismo aplicadas a la agricultura implican, primero, considerar al estado y mercado como instituciones distintas y mutuamente exclusivas, segundo, denunciar la ineficiencia de las instituciones del estado, el atraso tecnológico y mala asignación de los recursos tercero, se busca sacar plusvalía al industrializar la producción agrícola (Agribusiness). Además, la aplicación de la política neoliberal en la agricultura se basa, según Carlos Oya, en abstracciones teóricas: se asume que los agricultores operan bajo la lógica de la ganancia racional y que tratan de maximizarla; se considera a la agricultura como una “empresa competitiva” y a la población que necesita alimentarse, como consumidores.

• Encontrar el precio “justo” se convirtió en la base de la agenda neoliberal para la agricultura en los países en vías de desarrollo. La doctrina neoliberal predica que “extirpar” distorsiones en los precios (de rendimiento) desatará el potencial productivo de los campesinos que de otra manera son explotados y sobrecargados con demasiados impuestos. Dentro de este marco, los ajustes estructurales se conciben como complemento de ajustes macroeconómicos para generar una respuesta positiva de oferta. Los objetivos de las políticas neoliberales implementadas en los 80s y 90s fueron primero, eliminar los subsidios a la agricultura y a los precios de consumo; segundo, rechazar las políticas de “comida barata” que aparentemente favorecían a una clase privilegiada de consumidores urbanos. Segundo, eliminar la sobre-valuación de la moneda por medio de mega-devaluaciones para incentivar a los campesinos para que exportaran sus productos. Tercero, eliminar drásticamente las reformas paraestatales de agencias de marketing y de procesamiento para habilitar mercados competitivos e incentivar a los comerciantes privados, supuestamente favoreciendo a que granjeros y campesinos. Cuarto, desregular y liberalizar los precios de los productos del campo y alinearlos con los precios del mercado mundial, los cuales podrían potencialmente aumentar el precios de los productores e incentivar una respuesta positiva de la oferta. Finalmente, reemplazar el crédito a la agricultura subsidiado con medidas alternativas como establecer instituciones sostenibles financieramente y reducir malas deudas al igual que déficits fiscales. Dentro de este marco, el papel del estado se redujo a un conjunto de funciones vagamente definidas: impulsar al mercado y proveer un ambiente favorable a la inversión privada – sin especificar la naturaleza de las intervenciones (que serían en teoría: dar información a los agricultores sobre el mercado y los precios, promover la actividad en cooperativas, construir infraestructura para el mercado, asegurarse de la estandarización de medidas y pesos, controlar la calidad de las exportaciones,, reducir barreras de producción al intercambio regional, etc.) En la práctica, el programa neoliberal incluye un paquete doble y mutuamente inconsistente: uno hacia la liberalización y desregulación de los mercados y el otro, el retiro del estado del apoyo directo a los campesinos.

• Instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial exigieron que los derechos de los ciudadanos (educación, salud, alimentación, etc.) garantizaran por el estado se desmantelen no como precondición sino como condición descrita como: “ajustes estructurales.” Asignando riqueza y pobreza de maneras complicadas, con estas medidas se refuerza la desigualdad con a autoridad de la ley. No existe tal cosa como el mercado “neutral” predicado por el neoliberalismo: en cada situación particular, las configuraciones del mercado siempre serán reguladas por decisiones políticas. El verdadero dilema no es “¿Debería el estado intervenir?” Sino “¿Qué tipo de intervención es necesaria?”

• El maíz genéticamente modificado se comercializó y sembró por primera vez en Estados Unidos en 1996. Para 2000, significaba ya el 25% de la cosecha en Estados Unidos y para 2009, el 85%. El maíz virtual y genéticamente modificado es de dos tipos: uno contiene un gen que le da resistencia a varios insectos; y otro con un gen que crea tolerancia a un herbicida llamado glifostato. Después de la cosecha en Estados Unidos, el maíz se mezclaba con el no modificado genéticamente haciendo imposible distinguirlos; cuando el maíz genéticamente modificado empezó a inundar México, el gobierno no se preocupó porque se mezclara con el maíz nativo y porque diera lugar a híbridos que destruirían al maíz nativo. Para ese entonces, Estados Unidos ya enviaba millones de toneladas de maíz a México.

• Monsanto declaró recientemente que está trabajando en un proyecto para abordar el cambio climático y prometió crear cultivos que requieran 30% menos de agua, tierra y energía para crecer.

• Los campesinos han encarado varios problemas con cultivos genéticamente modificados. La industria de semillas se ha concentrado en muy pocas manos y los precios han subido a los cielos.

• De acuerdo con Silvia Ribeiro, la autorización del gobierno para sembrar maíz transgénico en México en 2009 fue un crimen de proporciones históricas. Un puñado de funcionarios cargaron contra 10 mil años de trabajo colectivo de millones de campesinos e indígenas que crearon y cuidaron el maíz para favorecer a unas pocas transnacionales.

• No existe ninguna razón para plantar maíz transgénico en México: significa enormes riesgos y no tiene ninguna ventaja: está demostrado que los transgénicos producen menos que las variedades convencionales, que usan más químicos, que han creado una docena de “superralezas” resistentes a los agrotóxicos, que ha generado resistencia en los insectos plaga que dicen combatir y por si fuera poco, son más caros que cualquier otra semilla. Además de causar serios problemas para la salud.

• Para el gobierno fue más importante que el director de Monsanto le exigiera autorizar las siembras (legalizando así la contaminación transgénica del maíz nativo) que 10 mil años de trabajo y herencia colectiva. El hecho de la legalización del maíz transgénico es un ataque a los derechos de los campesinos y un acto violento de racismo neocolonialista.

• Monsanto: es la mayor empresa semillera y de transgénicos del mundo y “el enemigo principal de la soberanía alimentaria, de la agricultura campesina sustentable y del alimento para toda la gente.”

• No hay argumento para romper la moratoria que rige desde hace 10 años contra la siembra de maíz transgénico en México, por ser su centro de origen. Las secretarías de Agricultura y Medio ambiente dijeron que “sólo” se tratará de siembras “experimentales” observantes de medidas de “bioseguridad.” (Lo cual no evitará la contaminación)

• Países como Europa y EU están comiendo más allá de sus medios y llegando al límite de la línea de suministro. Al depender de las importaciones junto con el aumento en la temperatura, sequía, cultivos fracasados, el aumento en los costos energéticos y conflictos armados… van a impedir las importaciones y crear: “inseguridad alimentaria” (lo contrario de la soberanía alimentaria).

• La producción global de alimentos tendrá que aumentar 50% en los próximos 20 años para poder dar de comer a los dos billones de habitantes más que tendrá entonces la tierra. En tanto aumentan los costos de los energéticos, la producción industrial de alimentos se encarecerá.


• La cuestión del acceso a la comida y de soberanía alimentaria es de interés ahora más que nunca. La crisis alimentaria se desató (o fue reconocida por los gobiernos, las Naciones Unidas y se convirtió en causa de movimientos sociales) en 2007-2008. El encontrar soluciones al hambre y desnutrición se ha enmarcado con políticas de “asistencia humanitaria y desarrollo rural,” lanzando campañas sobre la crisis de hambre y la lucha en contra del hambre. Sin embargo, esta crisis alimentaria debe mirarse bajo la perspectiva de la desnutrición crónica, la cual ha afectado a más de 840 millones de gente desde 1990.

• Las causas de la desnutrición crónica son complejas; no se trata de falta de comida sino de falta de acceso a suficiente comida y de las maneras en las que afecta la salud: millones de familias, son víctimas de discriminación o exclusión y no tienen acceso a los alimentos. De 848 millones de personas crónicamente desnutridas en 2005, el 50% vivía en granjas pequeñas, 20% eran familias rurales sin acceso a la tierra, 10% eran pastores nómadas, pescadores o personas que dependían del bosque para su sustento y 20% vivían en ciudades en extrema pobreza. 70% eran mujeres. Estaban desnutridos ya sea porque no tenían derecho de acceso a recursos productivos como tierra, agua, semillas, peces y el bosque, o un ingreso y beneficios que les hubiera permitido adquirir comida.

• La crisis alimentaria detectada en 2007-2008 se originó en el aumento de precios de alimentos en el mercado mundial, particularmente el de el trigo, arroz, soya y maíz. Ello hizo que aumentara el costo de las importaciones de comida y por lo tanto el porcentaje del presupuesto doméstico asignados a comprar comida. ¿Porqué subieron los precios? Se ha dicho que una de las causas ha sido el aumento en la demanda de carne en China y de lácteos en India por parte de las clases medias emergentes en dichos países (cuatro de diez kilos de cereal se necesitan para producir un kilo de carne y cuatro son necesarios para producir un litro de leche; el incremento en la demanda de las clases medias Chinas e hindúes automáticamente disparó la demanda de cereales). Otra explicación ha sido el cambio climático, los varios años de sequía en Australia y África, inundaciones en Asia, huracanes en América Latina y el Caribe. Otra razón se debe a que en años recientes, billones de dólares más que nada en EU y la Unión Europea han sido dedicados a subsidiar biocombustibles, lo que ha reducido la disponibilidad de cereales en el mercado mundial (sobre todo con el aumento de los precios de petróleo). Un tercio de la producción de maíz en EU, el principal exportador de esta cosecha al mercado mundial, se fue a los biocombustibles (como el etanol) en 2007.

• A partir de la crisis en los 80s, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional convencieron a los países del sur para que abrieran su producción agricultural al mercado mundial, a que su apoyo a los pequeños productores y produjeran para exportar –como una fuente de moneda extranjera para pagar la deuda. Al mismo tiempo, entre 1983 y 2006 la cantidad de fondos de desarrollo público destinados a la agricultura bajó de más de 20 billones (en 2006) a 5 billones (2009) El abandono de políticas a favor de los pequeños productores y a apertura de la agricultura al mercado mundial tuvieron consecuencias terribles en la soberanía alimentaria.

• Los países donde hay más hambre dependen de importaciones de alimentos; si hubieran invertido en desarrollo urbano y agricultura local en las tres últimas décadas en vez de abandonar el apoyo a los pequeños granjeros (como lo prescribieron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), hubieran reemplazado las importaciones de alimentos con productos locales.

• A partir de la crisis alimentaria un nuevo fenómeno ha tenido lugar: la compra o renta de millones de hectáreas de tierra en naciones con alto grado de inseguridad alimentaria por países ricos o compañías privadas basadas en particular en Corea, China, Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. El ejemplo más conocido es la compra de 1.3 millones de hectáreas de tierra arable en Madagascar por parte la compañía coreana Daewoo.

• Conclusión: ¿Se trata de un Nuevo orden mundial alimentario o de una lucha contra el hambre?” Evidentemente, las causas de la desnutrición crónica y de la crisis alimentaria: son casi siempre políticas, sociales o económicas, debidas a la exclusión y discriminación. Tal vez el nuevo paradigma es el derecho al alimento sustentado por esfuerzos por apoyar a la agricultura local. Se hace necesario dar a las poblaciones rurales acceso a recursos productivos (tierra, agua, semillas, lugares para pescar y bosques) y garantizarles a los habitantes pobres de las ciudades suficiente ingreso para comprar alimentos. Pero todo indica que estas medidas no serán suficientes…


POSTSCRIPT: Ver el artículo en La Jornada del 17 de julio del 2010 sobre como el monocultivo, el uso de agroquímicos, y el monopolio de distribución de la producción ha devastado al campo mexicano no sólo económica sino ecológicamente.
http://www.jornada.unam.mx/2010/07/17/index.php?section=politica&article=002n1pol

POSTCRIPT 2: Ver los artículos de La Jornada del 31 de Julio de 2010; "Pobreza y Derechos Sociales" de Miguel Concha, acerca de la inseguridad alimentaria en México (link: http://www.jornada.unam.mx/2010/07/31/index.php?section=opinion&article=015a2pol) y el de Silvia Ribeiro, "Transgénicos, pérdidas para los agricultores" (disponible en:http://www.jornada.unam.mx/2010/07/31/index.php?section=opinion&article=023a1eco) acerca de cómo los transgénicos son un mal negocio para los agricultores.

POSTSCRIPT 3: El 12 de agosto de 2010 apareció en Al Jazeera un artículo sobre el posible encarecimiento de los alimentos a nivel mundial debido a sequías, inundaciones y otros desastres naturales a partir de este mes, especialmente por la escasez de trigo. Disponible en: http://english.aljazeera.net/business/2010/08/20108127516923357.html En La Jornada apareció un artículo sobre la relación entre la sequía en Rusia y el posible encarecimiento de la harina trigo en México: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/12/index.php?section=economia&article=023n1eco

POSTSCRIPT 4: Arículo de Silvia Ribeiro del 14 de agosto de 2010 en La Jornada en el que plantea que la agricultura y el sistema alimentario industrial son las causantes principales del calentamiento global y la crisis climática. Para Ribeiro, las agriculturas campesinas indígenas, que son biodiversas y centralizadas son un factor clave para salir de la crisis. Disponible en red: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/14/index.php?section=opinion&article=025a1eco y el del 28 de Agosto en el que habla de cómo México ha permitido nuevos cultivos 'experimentales' de maíz transgénico en Sonora -y las implicaciones: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/28/index.php?section=opinion&article=027a1eco

*****Ver el libro de Steven Solomon, "Water: The Epic Struggle for Wealth, Power and Civilization" (New York: Harper, 2010), en el que plantea la hipótesis de que las guerras del SXXI pasarán de ser de petróleo a acceso al agua. Los líderes de este siglo tendrán que tomar en cuenta, según él, que el ecosistema global no puede ser saqueado indefinidamente y que las ganancias en la productividad del agua deberán de ser sustentables. Además, se deberá asegurar el acceso egalitario al recurso del agua o encarar las consecuencias de una generación que no tendrá acceso al agua fresca...

Ver el reportaje en Democracynow.org del 17 de septiembre de 2010 sobre la batalla del granjero canadiense Percy Schmeiser en contra de Monsanto para defender su semilla de la contaminación de los GMOs (Genetically Modified Organisms) de Monsanto que invadieron sus tierras a finales de los noventas: http://www.democracynow.org/2010/9/17/percy_schmeiser_vs_monsanto_the_story

Artículo sobre la especulación agraria ("agrofuturos"), crisis alimentaria, la ruina de la cosecha de trigo rusa (verano 2010), subida de precios de alimentos básicos hasta del 37% en los países pobres en 2007-09, crisis y autonomía alimentaria: Michael R. Kraetke, "Especular con el hambre: el mundo ante la próxima crisis alimentaria," Revista Sin Permiso en red, www.sinpermiso.info

Entrevista con el envoi de las Naciones Unidas del "Derecho al Alimento" y con Smita Narula de la Universidad de Nueva York el 28 de octubre de 2010 en democracynow sobre un reporte que hicieron acerca del arrebato de tierras en el tercer mundo (land grab), los biocombustibles y la seguridad alimentaria. El arrebato de tierras tiene también que ver con Bancos en Wall Street los cuales están comprando tierra como asset especulativo -saben que el precio va a subir, compran la tierra sin tener proyectos y a sabiendas de que es una inversión segura. Los tratos que se hacen con las poblaciones indígenas son opacos, sin regulaciones de los países en cuestión y se utilizarán en un futuro para tercerizar los cultivos y asegurar la disponibilidad de alimentos en países del primer mundo. La contraparte es: que millones de gentes serán deprivadas del acceso a las tierras que les dan de comer. Dos ejemplos son: Paquistán y Mali, en donde se buscan también "biofields", tierras en las que se pueda invertir para la producción de combustibles alternativos (agro-energía y biocombustibles)
Fuente: http://www.democracynow.org/2010/10/28/un_special_rapporteur_on_the_right
Fuentes:

• Arundhati Roy, Listening to Grasshopers: Field Notes on Democracy, (London: Penguin, 2009)

• Carlos Oya, “Sticks and Carrots for Farmers in Developing Countries: Agrarian Neoliberalism in Theory and Practice,” Neoliberalism: A Critical Reader, editado por Alfredo Saad-Filho y Deborah Johnston (Londres y Ann Arbor: Pluto Press, 2005), pp. 127-134.

• Slavoj Zizek, First as Tragedy, then as Farce (London: Verso 2009)

• John Ross, “The Feminization of Mexican Agriculture,” http://counterpunch.com/ross05192010.html

• Franco Berardi, “The Image Dispositif” http://www.uibk.ac.at/peacestudies/downloads/peacelibrary/imagedispositif.pdf

• Christophe Golay, “Crise et sécurité alimentaires : vers un nouvel ordre alimentaire mondial?”
http://poldev.revues.org/145

• Peter Canby, “Retreat to Subsistence,” The Nation, 16 de junio de 2010. http://www.thenation.com/article/36330/retreat-subsistence

• “What We’re about to Receive,” London Review of Books, 13 de mayo de 2010. http://www.lrb.co.uk/v32/n09/jeremy-harding/what-were-about-to-receive

viernes, 9 de julio de 2010

Vuvuzuela de John Greyson: Músicos y la Campaña de Boycott, Desvío y Sanciones a Israel





Reportaje de Shirine Tadros (Al Jazeera) del 22 de septiembre de 2010 sobre el boycott cultural de 150 artistas de Hollywood a las colonias israelíes en Cisjordania:

miércoles, 7 de julio de 2010

"Es fácil burlarse de la ocupación cuando eres el ocupante"


Fotos en Facebook de soldados con prisioneros palestinos son la norma; parea leer más acerca del escándalo reciente de las fotos subidas a facebook por la ex-soldado Eden Abargil ver:

http://www.haaretz.com/news/diplomacy-defense/facebook-photos-of-soldiers-posing-with-bound-palestinians-are-the-norm-1.308582

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ex/soldado/israeli/cuelga/Facebook/fotos/humilla/
palestinos/elpepuint/20100817elpepuint_2/Tes




"Un grupo de soldados israelíes se enfrenta a sanciones disciplinarias después de publicarse un video en YouTube en el que aparecen bailando en el casco antiguo de la ciudad palestina de Hebrón, ocupado por colonos y bajo control del Ejército."



lunes, 5 de julio de 2010

El fútbol, ese amigo del capitalismo por Terry Eagleton

Si mala cosa es el gobierno de Cameron para quienes pretenden un cambio radical, la Copa del Mundo es todavía peor. Nos recuerda a todos lo que probablemente seguirá atravesándose en el camino de ese cambio mucho tiempo después de que la coalición [liberal-conservadora] haya muerto. Si cualquier fundación intelectual derechista tuviera que dar con un esquema capaz de distraer al populacho de la injusticia política y compensarlo por una vida de durísimo trabajo, la solución siempre sería la misma: fútbol. Salvo el socialismo, no se imaginado manera más refinada de resolver los problemas del capitalismo. Y en la concurrencia entre socialismo y fútbol, el fútbol va varios años luz por delante.

Las sociedades modernas niegan a los hombres y a las mujeres la experiencia de la solidaridad, experiencia que el fútbol proporciona hasta el extremo del delirio colectivo. Muchos mecánicos y muchos dependientes de comercio se sienten excluidos de la alta cultura; pero una vez a la semana son testigos de representaciones artísticamente sublimes, ejecutadas por hombres para los que el calificativo de genios no resulta, a veces, hiperbólico. Como en una banda de jazz o en una compañía de teatro, el fútbol amalgama talento individual deslumbrante y abnegado trabajo colectivo, resolviendo así un problema sobre el que los sociólogos han venido devanándose los sesos desde tiempos inveterados. Cooperación y competición, astutamente equilibradas. La lealtad ciega y la rivalidad a muerte gratifican algunos de nuestros más potentes instintos evolutivos.

El juego, además, mezcla encanto con ordinariez en sutiles proporciones: los jugadores son de factura heroica, pero una de las razones por las que los reverenciamos es por su carácter de alter ego; fácilmente podrían ser cualquiera de nosotros. Sólo Dios es capaz de combinar de esta guisa intimidad y otredad, y hace tiempo que ha sido rebasado en celebridad por este otro Uno indivisible que es José Mourinho.

En un orden social desnudo de ceremonia y simbolismo, el fútbol ingresa para enriquecer estéticamente la vida de gentes para las que Rimbaud es un grande del cine. El deporte es un espectáculo, pero, a diferencia del ofrecido por las paradas militares, un espectáculo que invita a la intensa participación de sus espectadores. Hombres y mujeres, cuyo trabajo es cualquier cosa menos intelectualmente exigente, pueden exhibir una asombrosa erudición a la hora de recordar la historia del juego o de describir analíticamente las destrezas de los jugadores. Doctas disputas, dignas de los foros de los antiguos griegos, afloran rebosantes en bares y mercados. Como en el teatro de Bertolt Brecht, el juego convierte en expertos a las gentes del común.

El vívido sentido de la tradición contrasta con la amnesia histórica de la cultura postmoderna, para la que cualquier cosa ocurrida hace 10 minutos tiene que ir a parar al basurero de las antigüedades. Hay incluso un punto de inflexión de género, porque los jugadores combinan la fuerza del púgil con la gracilidad de la bailarina. El fútbol ofrece a sus seguidores belleza, drama, conflicto, liturgia, carnaval y la impar marca de la tragedia, por no hablar de la oportunidad de viajar a África y volver sin abandonar la borrachera. Como alguna que otra fe religiosa, el juego determina qué tienes que vestir, con quién tienes que asociarte, qué himnos has de cantar y qué relicario de verdades transcendentes has de adorar. Junto con la televisión, es la suprema solución al inveterado dilema de nuestros amos políticos: ¿qué hay que hacer con ellos, cuando no están trabajando?

Durante siglos y en toda Europa, el carnaval popular, al tiempo que proporcionaba a las gentes del común una válvula de escape para sus sentimientos subversivos –profanando imágenes religiosas y haciendo ludibrio de sus señores y amos—, constituía un acontecimiento genuinamente anárquico, un anticipo de la sociedad sin clases.

Con el fútbol, en cambio, puede haber estallidos de populismo airado y rebelarse los aficionados contra los peces gordos empresariales que sacan pecho en sus clubs, pero en nuestros días el grueso del fútbol es el opio del pueblo, si no su crackcocaínico. Su icono es el impecablemente tory y servilmente conformista David Beckham. Los Rojos ya no son los bolcheviques. Nadie que sea serio y esté a favor de un cambio político radical puede eludir la necesidad abolir este juego. Y cualquier grupo que lo intentara, tendría sobre poco más o menos las mismas posibilidades de llegar al poder que el máximo ejecutivo de British Petroleum de recibir una donación de Oprah Winfrey.

viernes, 2 de julio de 2010

Favelart: más delirio liberal


Lucio Carvalho, "Favelart," 2010

Para celebrar el 50avo aniversario del edificio del Museo Guggenheim de Nueva York (construido por Frank Lloyd Wright), el museo lanzó una convocatoria para un concurso que correspondiera con la exposición: “Contemplando el Vacío: Intervenciones en el Guggenheim,” invitando a los participantes a reimaginar la famosa rotunda del museo y a enviarles la imagen por medio de Flickr. Los curadores eligieron entre otras, esta pieza de Lucio Carvalho de Sao Paulo, Brasil, “Favelart.” Según el autor, “Favelart” está inspirado en Brasil, “un lugar en el que si la cultura no llega a alcanzar las partes pobres, la pobreza invadirá la cultura.”
La intervención de Carvalho en el Guggenheim es la literalización de su declaración: una “invasión” de la pobreza a la alta cultura representada por la icónica rotunda del Guggenheim. Este gesto pseudo-político e ingenuo de Carvalho de “hacer visible lo invisible” y el gesto PC (políticamente correcto) del Guggenheim de “incluir” a la pobreza en su espacio de exposición, tiene implicaciones claramente ideológicas (de tipo liberal) y refleja cómo se mira hoy a la pobreza sistémica, por un lado, desde lugares cómodos como instituciones culturales millonarias resguardadas por discursos y plataformas “democráticas,” artistas oportunistas y curadores dedicados tanto a las relaciones públicas como a la corrección política. Por otro lado, refleja la tendencia (también liberal) de celebrar las ciudades “no planeadas” y a los individuos que crean soluciones baratas y novedosas para hacerse de un techo, sistema de cañerías, pisos, paredes y espacios interiores, sin considerar las condiciones de vida (de sobrevivencia) y trabajo (precario) de los excluidos favelados.
Visto desde el punto de vista liberal, el estilo arquitectónico de la favela, basado en “iniciativas individuales,” encarna el espíritu de lo “universal.” Por estas razones, las instituciones reguladoras han reconocido a las favelas como un paradigma positivo y viable para soluciones baratas de viviendas. También se ha mirado a la arquitectura de favela como la vanguardia arquitectónica y en el caso de “Favelart” de Carvalho, al contrastar con la “grandeza modernista” de Lloyd Wright, se le afirma como nuevo paradigma arquitectónico.
Se ha comparado a las ciudades contemporáneas con los aeropuertos en tanto a que ambos tienden a ser genéricos. Se habla también de la “pérdida de identidades” derivada de la “vacuidad” modernista de las ciudades genéricas, un proceso intencional opuesto a la identidad, que tiende a la homogeneización encauzada hacia la similitud. Ello está ligado a la demonización de las identidades fijas y sobredeterminadas, de la centralización y de los esencialismos. En contrapunto, la periferia se convirtió en locus potencial de valorización por ser espacios urbanos en “constante devenir,” y en los últimos veinte años se han manifestado esfuerzos por conceptualizar y teorizar la periferia y sus espacios “lisos” (en el sentido del lingo de Gilles Deleuze y Félix Guattari). El ejemplo paradigmático fue Lagos, Nigeria, la ciudad más grande de África que más rápido va creciendo en el mundo; se le considera modelo de “megaciudad” que provee una mirada a lo que serán las ciudades del futuro. El arquitecto Holandés y teórico de la urbanización Rem Koolhas trabajó con sus estudiantes de la Escuela de Diseño de Harvard en un proyecto tomando a Lagos como caso de estudio (concretizado en un libro publicado en 2006 Lagos: How it Works). Koolhaas describió la megalópolis como “caracterizada por una fascinante auto-organización, en una combinación extraña entre extremo subdesarrollo y desarrollo sofisticado: el anuncio del futuro.”
Desde este punto de vista, los problemas de las megaurbes sólo existen en el ojo del espectador, ya que hordas de arquitectos, combinando el diseño, urbanismo, geografía, sociología, arte y fotografía, se han apresurado a mapear los fascinantes procesos urbanos de ciudades encogiéndose en Europa del Este, megaciudades en China, asentamientos ilegales en los Balcanes de la posguerra: de esta forma, las ciudades del tercer mundo se han convertido tanto en paradigmas como sitios de extracción de herramientas conceptuales para desarrollar una práctica arquitectural de “vanguardia” –reduciendo los problemas inherentes a los asentamientos ilegales a su aspecto estético. La idealización de la favela la describe como “vibrante,” y “auténtica,” poblada de “emprendedores competitivos” con soluciones improvisadas y creativas, “auto-organizadas.”
Más de un billón de gente (la mitad de la población mundial urbana) vive en asentamientos ilegales. Claramente la supuesta auto-organización no es mas que la adaptación colectiva a condiciones de vida extremadamente duras y la “improvisación creativa” implica la búsqueda de la existencia al margen de la economía de comunidades sin red de apoyo y sin esperanzas de movilizarse en la escalera socio-económica sobreviviendo. Tentativamente calificaremos a forma liberal de reducir los asentamientos ilegales a sus características estéticas de perversa.



Algunas imágenes de Lagos

POSTSCRIPT 1: Cita de Zizek de "Living in the End of Times" (Verso, 2010) criticando implacablemente la mentalidad liberal y su relación con África: "La actitud que soslaya la adopción de distancia irónica y benevolenta hacia costumbres distintas a las propias y el sentir placer al observar peculiaridades locales ajenas mientras filtramos la información que es verdaderamente traumática resulta en la versión posmoderna del racismo en su esencia. Cuando nos muestran escenas o imágenes de niños muriéndose de hambre en África, haciéndonos un llamado para que los ayudemos, la lógica que soslaya el mensaje ideológico es algo así como: "No pienses, no politizes, olvídate de las causas verdaderas de su pobreza, actúa, contribuye con dinero para que no tengas que pensar!" (p. 4)