El video en cuestión: "En tus tierras bailaré" de la Tigresa de Oriente, Wendy y el Delfín (Perú), reúne grandes figuras de la música popular de Perú y Ecuador; la canción fue escrita por el compositor y DJ argentino Gaby Kerpel y trae un "mensaje de acercamiento” entre Latinoamérica e Israel.
El video nos posiciona como espectadores seducidos o sorprendidos ante las aberraciones producidas por nuestra propia cultura latina. Sin embargo, más allá de no poder explicar que fue lo que inspiró tanto la forma (que recuerda vagamente los videos de Pipilotti Rist) como contenido del video, “En tus tierras bailaré” parece ser la versión latinoamericana de la campaña de "Brand Israel" que comenzó en Toronto en el 2008 (una comparación de las distintas formas que ha tomado la campaña subraya la asimetría en el nivel de sofisticación de la cultura popular y de clase media en Norte y Latino América). Con eventos celebrando arte, vino y música israelí, al final de año se habían colocado billboards por toda la ciudad anunciando tecnología de punta Israelí (médica y de “seguridad”). Como lo declaró Ido Aharoni, fundador del concepto de la campaña "Brand Israel" y director del equipo de administración de la marca (brand) Israel: "Es muy importante para nosotros transmitir el mensaje que sacar provecho de una mejor imagen de Israel es un aspecto crítico de la seguridad nacional de Israel. Al contrario de la creencia popular, la seguridad nacional no se basa solamente en poder militar sino también en una economía estable y en una imagen eficaz." (Ver: http://www.thestar.com/news/gta/article/346848)
Para el festival internacional de cine de Toronto (TIPFF) de 2009 y como parte de la campaña "Brand Israel", la ciudad de Tel Aviv fue destacada al programarse un ciclo especial de películas que tuvieran como tema o como set a la ciudad. Alineándose sin embargo con el llamado a la campaña para boycott, de-inversión y sanciones (BDS Campaign) hecho por los palestinos en 2005 (ver:http://bdsmovement.net/) el cineasta John Greyson decidió no mostrar su película más reciente en el festival para protestar que TIFF hubiera elegido ignorar la campaña de BDS. Greyson declaró:
"Para mí, este año no es el apropiado para celebrar a Israel, demostrar una indiferencia anacoreta ante las realidades (cinemáticas u otras) de la región o ignorar el boycott internacional económico en contra de Israel. Lanzado por ONGs palestinas en 2005, y apoyado desde entonces por miles de personas dentro y fuera de Israel, la campaña se percibe como la última esperanza para lograr que Israel cumpla las leyes internacionales. Al ignorar el boycott, TIFF ha tomado enfáticamente partido forzando, en el proceso, a cada cineasta y miembro del público que se oponen a la ocupación a cruzar un tipo de frente de huelga. Seamos claros: mi protesta no va en contra de las películas o de los cineastas que ustedes han elegido. He visto trabajos brillantes de cine israelí y palestino en ediciones anteriores de TIFF, y seguramente los veré también en años siguientes. Mi protesta es en contra del "enfoque" hacia Tel Aviv y en contra del sentimiento pagado de sí mismo que se propaga que todo sigue igual al promover una "Metrópolis vibrante, una dinámica y joven ciudad... conmemorando su centenario," aparentemente sin molestarse en considerar otros aniversarios, tales como el 42avo aniversario de la ocupación."
El resto de la carta de Greyson está disponible aquí:
http://www.yorku.ca/greyzone/figtrees/docs/open_letter_to_TIFF.pdf
Calificar a toda crítica en contra del Estado de Israel de "anti-semitismo" es parte de esta campaña (en el ámbito académico ver: http://www.campus-watch.org/), y es parte de un plan más amplio y específico para contrarrestar la imagen negativa de Israel en el extranjero con el propósito de "ganar la batalla de la narrativa por medio de comunicación estratégica en nombre de Israel." El plan comprende un conjunto de tácticas implementadas por el Ministro de Exterior israelí para mejorar su imagen comenzando por "minimizar la cuestión religiosa y evitando cualquier tipo de discusión del conflicto con los palestinos."
(ver: ttp://electronicintifada.net/v2/article11093.shtml).
Ello va de la mano con una campaña para deslegitimizar y calumniar a aquellos que se han alineado con la campaña de BDS y con la causa de los palestinos.
(ver: ttp://www.naomiklein.org/articles/2010/03/protecting-israel-s-lawlessness-spying-and-smear-campaign)
La agenda de la campaña "Branding Israel" se hace extremadamente transparente en el video "En tus tierras bailaré"; al principio cuando los "entrevistados" dentro de la caja televisiva declaran: “Cuando pienso en Israel me da miedo, me da tristeza la guerra, el caos, me da mucho miedo, que en la calle pueda haber explosivos, gente muy resignada." Luego comienza la canción con la exclamación: "No puede ser!!!"..."; enseguida, el Delfín dice que la canción es: "Un mensaje de amor e igualdad."
Un evento que parece ser parte de la misma campaña de "Brand Israel" en América Latina ocurrió en la Antigua de Guatemala la semana pasada: Un "Festival de turismo cultural" patrocinado por la ONG "AmIsrael" dedicada a la "paz en la región", e incluía un grupo de muchachas mayas bailando una "danza hebrea."
Otro de los frentes de la “batalla narrativa” son las expresiones culturales que pasan por politizadas dirigidas a las sensibilidades (neo) liberales. Dos ejemplos recientes son Lebanon (2009) y Waltz with Bashir (2008) que toman distancia de las políticas israelíes hacia los palestinos enfocándose ideológicamente en la experiencia traumática del perpetrador; esto hace que se borre por completo el trasfondo ético-político del conflicto. La “humanización” de los soldados es la clave de la auto-representación ideológica de Israel y por lo general los medios se enfocan en los traumas psicológicos y en los errores humanos de los soldados israelíes que no son representados ni como máquinas militares perfectas ni como superhéroes humanos.
(Ver: http://www.inthesetimes.com/main/print/5864/).
Más bien la imagen del soldado israelí es la de gente común y corriente capturada por los movimientos de la historia, con miedo, a quien le dan órdenes sin que pueda entender las consecuencias de sus acciones. Los israelíes se retratan también como traumatizados al haber seguido órdenes como miembros del ejército y no como ciudadanos, y de esa manera evaden responsabilidad de las políticas del estado que los gobierna. El famoso ethos militar israelí es el del soldado que “dispara y llora” –un ethos que empezó a difundirse desde la guerra de 1967 con la colección de entrevistas de Amos Oz: Soldier’s talk. Recopilando testimonios de soldados que lucharon en esa guerra, fue el principio de la imagen del soldado israelí como lleno de dilemas y haciéndose preguntas existenciales (el libro fue tan popular como Waltz with Bashir).
Latinoamérica representa un mercado ideal de consumo de tecnología de “seguridad” Israelí ya que ambas regiones siguen modelos similares de planeación urbana y de control de formas de vida por medio de la segregación para prevenir y controlar la “amenaza demográfica” (de pobres, indígenas y palestinos). Por eso, las formas de poder en ambas regiones son aliados ideológicos naturales encargados de propagar ceguera colectiva. De ahí se hace urgente articular las formas imperceptibles de ideología estratificadas en manifestaciones propagandísticas perversas que pasan por delirantes, bizarras, indescriptibles, exóticas o hasta politizadas.
The video "En tus tierras bailaré" (I shall dance in your land) performed by Tigresa de Oriente, Wendy and Delfín, gathers big figures of popular music in Peru and Ecuador; the song was written by Argentinean composer and DJ Gaby Kerpel and it carries a “message” for enabling an approach between Latin America and Israel.
However this video turns us into blinded spectators, charmed or surprised by the aberrations produced by our own Latin popular culture; the video (reminiscent perhaps of Pipilotti Rist?) seems like the Latin American version of the "Brand Israel" campaign which was first launched in Toronto in 2008 (a comparison of the diverse forms that the campaign has taken underscores the asymmetry in the level of sophistication of popular and middle class cultures in North and Latin America). With a series of events celebrating Israeli art, wine and music, by the end of the year there were billboards all over the city marketing Israel technology. As it was stated by Ido Aharoni, the founder of the Brand Israel concept and the head of the ministry's brand management team: "It's very important for us to convey the message to them that a better image for Israel and a better performance of that image is part and parcel with Israel's national security. Contrary to popular belief, national security is no just based on military power, it's also a strong economy and a strong image."
(See: http://www.thestar.com/news/gta/article/346848)
For the 2009 Toronto International Film Festival (TIPFF) and as part of the "Brand Israel" campaign, Tel Aviv was "spotlighted" and films that featured the city were screened. Aligning with the Call for Boycott, Divestment Sanctions Campaign (BDS) which started in 2005 (see: http://bdsmovement.net/) the filmmaker John Greyson refused to show his film at the festival in protest against TIFF's not aligning themselves with the BDS campaign and wrote:
"To my mind, this isn't the right year to celebrate Brand Israel, or to demonstrate an ostrich-like indifference to the realities (cinematic and otherwise) of the region, or to pointedly ignore the international
economic boycott campaign against Israel. Launched by Palestinian NGO's in 2005, and since joined by thousands inside and outside Israel, the campaign is seen as the last hope for forcing Israel to comply with international law. By ignoring this boycott, TIFF has emphatically taken sides -- and in the process, forced every filmmaker and audience member who opposes the occupation to cross a type of picket line. Let's be clear: my protest isn't against the films or filmmakers you've chosen. I've seen brilliant works of Israeli and Palestinian cinema at past TIFFs, and will again in coming years. My protest is against the Spotlight itself, and the smug business-as-usual aura it promotes of a "vibrant metropolis [and] dynamic young city... commemorating its centennial", seemingly untroubled by other anniversaries, such as the 42nd anniversary of the occupation."
Greyson's letter to TIFF's directors is here:
http://www.yorku.ca/greyzone/figtrees/docs/open_letter_to_TIFF.pdf
To label any criticism against the State of Israel as "anti-Semitism" is part of this campaign (in the academic domain see: http://www.campus-watch.org/) as it is part of a larger and specific plan to counter Israel's negative image abroad by "Winning the battle of the narrative by way of strategic communication for Israel." This is a set of tactics from the Israeli foreign ministry to improve its image abroad by "downplaying religion and avoiding any discussion of the conflict with the Palestinians." (See: http://electronicintifada.net/v2/article11093.shtml)
This also comes along with a campaign to delegitimize people who have aligned themselves with the BDS campaign and/or the Palestinian cause.
(See: http://www.naomiklein.org/articles/2010/03/protecting-israel-s-lawlessness-spying-and-smear-campaign)
The "Branding Israel" agenda becomes extremely transparent in the "En tus tierras bailaré" video by Wendy, Delfín and the Tigresa de Oriente at the beginning, when the people inside the TV box state: “When I think of Israel I get scared, the war makes me sad, I think of chaos, I am very scared of the fact that there may be bombs on the streets; they are such stoic people.” Then the song begins with the exclamation: “It cannot be possible!!!” and proclaims to be a “message of love and equality.”
An event that seems to be part of the same campaign just took place in Antigua, Guatemala last weekend; a "Festival of Cultural Tourism" sponsored by "AmIsrael" an NGO devoted to "peace” in the region and featuring Mayan girls performing "Hebrew dances."
Another front of the “narrative battle” is waged in cultural manifestations that pass for being politicized, addressed to (neo) liberal sensibilities. Two recent examples are Lebanon (2009) and Waltz with Bashir (2008); both movies take a distance from Israeli policies towards Palestinians and posit an ideological focus on the perpetrator’s traumatic experience, which in turn, effaces completely the ethico-political background of the conflict. The “humanization” of the soldiers is the key to the ideological self-representation of Israel and because of that, the media generally focuses on psychological trauma and the human mistakes committed by the Israeli soldiers who are depicted as neither perfect military machines nor human superheroes; they’re more like normal people captured in the movements of history.
(See: http://www.inthesetimes.com/main/print/5864/)
The Israeli soldier is portrayed as fearful, as being told what to do and as not understanding the consequences of his/her tasks. Israelis are depicted as traumatized because they follow orders as members of the military as opposed to citizens and thus evade responsibility for the policies of the State that governs them. The Israeli military ethos is thus that of soldiers who famously “shoots and weeps” –an ethos that began to get furthered as early as the 1967 war, with Amos Oz’s Soldiers’ Talk, a collection of interviews with soldiers who fought the 1967 war. This was the beginning of the portrayal of an Israeli soldier ridden with moral dilemmas and existentially concerned (the book was as popular as Waltz with Bashir).
Latin America represents an ideal consumer market for Israeli “security” technology, as both regions follow similar segregation models of urban-planning and forms of control of life in order to preempt and contain the “demographic threat” (of the poor, indigenous and Palestinians). This is why forms of power in both regions are natural ideological allies with the task of propagating collective blindness, making evident that it has become urgent to articulate the imperceptible forms of ideology stratified in perverse propagandistic manifestations that may pass for delirious, bizarre, impossible to describe, exotic or even “politicized.”
Artículo en Haaretz publicado el 5 de mayo de 2010 sobre la campaña de Branding Israel como un país liberal, progresivo y creativo, lo que el autor llama una confusíon entre "hasbara" y "branding."
ResponderEliminarhttp://www.haaretz.com/blogs/strenger-than-fiction/strenger-than-fiction-in-order-to-change-its-image-israel-must-change-its-policy-1.291260