viernes, 23 de abril de 2010

Nadie llorará si arrasan América Latina (de nuevo)/Nobody Will Cry if Latin America Gets Wiped Out (Again)

El video en cuestión: "En tus tierras bailaré" de la Tigresa de Oriente, Wendy y el Delfín (Perú), reúne grandes figuras de la música popular de Perú y Ecuador; la canción fue escrita por el compositor y DJ argentino Gaby Kerpel y trae un "mensaje de acercamiento” entre Latinoamérica e Israel.

El video nos posiciona como espectadores seducidos o sorprendidos ante las aberraciones producidas por nuestra propia cultura latina. Sin embargo, más allá de no poder explicar que fue lo que inspiró tanto la forma (que recuerda vagamente los videos de Pipilotti Rist) como contenido del video, “En tus tierras bailaré” parece ser la versión latinoamericana de la campaña de "Brand Israel" que comenzó en Toronto en el 2008 (una comparación de las distintas formas que ha tomado la campaña subraya la asimetría en el nivel de sofisticación de la cultura popular y de clase media en Norte y Latino América). Con eventos celebrando arte, vino y música israelí, al final de año se habían colocado billboards por toda la ciudad anunciando tecnología de punta Israelí (médica y de “seguridad”). Como lo declaró Ido Aharoni, fundador del concepto de la campaña "Brand Israel" y director del equipo de administración de la marca (brand) Israel: "Es muy importante para nosotros transmitir el mensaje que sacar provecho de una mejor imagen de Israel es un aspecto crítico de la seguridad nacional de Israel. Al contrario de la creencia popular, la seguridad nacional no se basa solamente en poder militar sino también en una economía estable y en una imagen eficaz." (Ver: http://www.thestar.com/news/gta/article/346848)

Para el festival internacional de cine de Toronto (TIPFF) de 2009 y como parte de la campaña "Brand Israel", la ciudad de Tel Aviv fue destacada al programarse un ciclo especial de películas que tuvieran como tema o como set a la ciudad. Alineándose sin embargo con el llamado a la campaña para boycott, de-inversión y sanciones (BDS Campaign) hecho por los palestinos en 2005 (ver:http://bdsmovement.net/) el cineasta John Greyson decidió no mostrar su película más reciente en el festival para protestar que TIFF hubiera elegido ignorar la campaña de BDS. Greyson declaró:

"Para mí, este año no es el apropiado para celebrar a Israel, demostrar una indiferencia anacoreta ante las realidades (cinemáticas u otras) de la región o ignorar el boycott internacional económico en contra de Israel. Lanzado por ONGs palestinas en 2005, y apoyado desde entonces por miles de personas dentro y fuera de Israel, la campaña se percibe como la última esperanza para lograr que Israel cumpla las leyes internacionales. Al ignorar el boycott, TIFF ha tomado enfáticamente partido forzando, en el proceso, a cada cineasta y miembro del público que se oponen a la ocupación a cruzar un tipo de frente de huelga. Seamos claros: mi protesta no va en contra de las películas o de los cineastas que ustedes han elegido. He visto trabajos brillantes de cine israelí y palestino en ediciones anteriores de TIFF, y seguramente los veré también en años siguientes. Mi protesta es en contra del "enfoque" hacia Tel Aviv y en contra del sentimiento pagado de sí mismo que se propaga que todo sigue igual al promover una "Metrópolis vibrante, una dinámica y joven ciudad... conmemorando su centenario," aparentemente sin molestarse en considerar otros aniversarios, tales como el 42avo aniversario de la ocupación."
El resto de la carta de Greyson está disponible aquí:
http://www.yorku.ca/greyzone/figtrees/docs/open_letter_to_TIFF.pdf

Calificar a toda crítica en contra del Estado de Israel de "anti-semitismo" es parte de esta campaña (en el ámbito académico ver: http://www.campus-watch.org/), y es parte de un plan más amplio y específico para contrarrestar la imagen negativa de Israel en el extranjero con el propósito de "ganar la batalla de la narrativa por medio de comunicación estratégica en nombre de Israel." El plan comprende un conjunto de tácticas implementadas por el Ministro de Exterior israelí para mejorar su imagen comenzando por "minimizar la cuestión religiosa y evitando cualquier tipo de discusión del conflicto con los palestinos."
(ver: ttp://electronicintifada.net/v2/article11093.shtml).
Ello va de la mano con una campaña para deslegitimizar y calumniar a aquellos que se han alineado con la campaña de BDS y con la causa de los palestinos.
(ver: ttp://www.naomiklein.org/articles/2010/03/protecting-israel-s-lawlessness-spying-and-smear-campaign)

La agenda de la campaña "Branding Israel" se hace extremadamente transparente en el video "En tus tierras bailaré"; al principio cuando los "entrevistados" dentro de la caja televisiva declaran: “Cuando pienso en Israel me da miedo, me da tristeza la guerra, el caos, me da mucho miedo, que en la calle pueda haber explosivos, gente muy resignada." Luego comienza la canción con la exclamación: "No puede ser!!!"..."; enseguida, el Delfín dice que la canción es: "Un mensaje de amor e igualdad."


Un evento que parece ser parte de la misma campaña de "Brand Israel" en América Latina ocurrió en la Antigua de Guatemala la semana pasada: Un "Festival de turismo cultural" patrocinado por la ONG "AmIsrael" dedicada a la "paz en la región", e incluía un grupo de muchachas mayas bailando una "danza hebrea."

Otro de los frentes de la “batalla narrativa” son las expresiones culturales que pasan por politizadas dirigidas a las sensibilidades (neo) liberales. Dos ejemplos recientes son Lebanon (2009) y Waltz with Bashir (2008) que toman distancia de las políticas israelíes hacia los palestinos enfocándose ideológicamente en la experiencia traumática del perpetrador; esto hace que se borre por completo el trasfondo ético-político del conflicto. La “humanización” de los soldados es la clave de la auto-representación ideológica de Israel y por lo general los medios se enfocan en los traumas psicológicos y en los errores humanos de los soldados israelíes que no son representados ni como máquinas militares perfectas ni como superhéroes humanos.
(Ver: http://www.inthesetimes.com/main/print/5864/).
Más bien la imagen del soldado israelí es la de gente común y corriente capturada por los movimientos de la historia, con miedo, a quien le dan órdenes sin que pueda entender las consecuencias de sus acciones. Los israelíes se retratan también como traumatizados al haber seguido órdenes como miembros del ejército y no como ciudadanos, y de esa manera evaden responsabilidad de las políticas del estado que los gobierna. El famoso ethos militar israelí es el del soldado que “dispara y llora” –un ethos que empezó a difundirse desde la guerra de 1967 con la colección de entrevistas de Amos Oz: Soldier’s talk. Recopilando testimonios de soldados que lucharon en esa guerra, fue el principio de la imagen del soldado israelí como lleno de dilemas y haciéndose preguntas existenciales (el libro fue tan popular como Waltz with Bashir).

Latinoamérica representa un mercado ideal de consumo de tecnología de “seguridad” Israelí ya que ambas regiones siguen modelos similares de planeación urbana y de control de formas de vida por medio de la segregación para prevenir y controlar la “amenaza demográfica” (de pobres, indígenas y palestinos). Por eso, las formas de poder en ambas regiones son aliados ideológicos naturales encargados de propagar ceguera colectiva. De ahí se hace urgente articular las formas imperceptibles de ideología estratificadas en manifestaciones propagandísticas perversas que pasan por delirantes, bizarras, indescriptibles, exóticas o hasta politizadas.



The video "En tus tierras bailaré" (I shall dance in your land) performed by Tigresa de Oriente, Wendy and Delfín, gathers big figures of popular music in Peru and Ecuador; the song was written by Argentinean composer and DJ Gaby Kerpel and it carries a “message” for enabling an approach between Latin America and Israel.

However this video turns us into blinded spectators, charmed or surprised by the aberrations produced by our own Latin popular culture; the video (reminiscent perhaps of Pipilotti Rist?) seems like the Latin American version of the "Brand Israel" campaign which was first launched in Toronto in 2008 (a comparison of the diverse forms that the campaign has taken underscores the asymmetry in the level of sophistication of popular and middle class cultures in North and Latin America). With a series of events celebrating Israeli art, wine and music, by the end of the year there were billboards all over the city marketing Israel technology. As it was stated by Ido Aharoni, the founder of the Brand Israel concept and the head of the ministry's brand management team: "It's very important for us to convey the message to them that a better image for Israel and a better performance of that image is part and parcel with Israel's national security. Contrary to popular belief, national security is no just based on military power, it's also a strong economy and a strong image."
(See: http://www.thestar.com/news/gta/article/346848)
For the 2009 Toronto International Film Festival (TIPFF) and as part of the "Brand Israel" campaign, Tel Aviv was "spotlighted" and films that featured the city were screened. Aligning with the Call for Boycott, Divestment Sanctions Campaign (BDS) which started in 2005 (see: http://bdsmovement.net/) the filmmaker John Greyson refused to show his film at the festival in protest against TIFF's not aligning themselves with the BDS campaign and wrote:

"To my mind, this isn't the right year to celebrate Brand Israel, or to demonstrate an ostrich-like indifference to the realities (cinematic and otherwise) of the region, or to pointedly ignore the international
economic boycott campaign against Israel. Launched by Palestinian NGO's in 2005, and since joined by thousands inside and outside Israel, the campaign is seen as the last hope for forcing Israel to comply with international law. By ignoring this boycott, TIFF has emphatically taken sides -- and in the process, forced every filmmaker and audience member who opposes the occupation to cross a type of picket line. Let's be clear: my protest isn't against the films or filmmakers you've chosen. I've seen brilliant works of Israeli and Palestinian cinema at past TIFFs, and will again in coming years. My protest is against the Spotlight itself, and the smug business-as-usual aura it promotes of a "vibrant metropolis [and] dynamic young city... commemorating its centennial", seemingly untroubled by other anniversaries, such as the 42nd anniversary of the occupation."
Greyson's letter to TIFF's directors is here:
http://www.yorku.ca/greyzone/figtrees/docs/open_letter_to_TIFF.pdf

To label any criticism against the State of Israel as "anti-Semitism" is part of this campaign (in the academic domain see: http://www.campus-watch.org/) as it is part of a larger and specific plan to counter Israel's negative image abroad by "Winning the battle of the narrative by way of strategic communication for Israel." This is a set of tactics from the Israeli foreign ministry to improve its image abroad by "downplaying religion and avoiding any discussion of the conflict with the Palestinians." (See: http://electronicintifada.net/v2/article11093.shtml)
This also comes along with a campaign to delegitimize people who have aligned themselves with the BDS campaign and/or the Palestinian cause.
(See: http://www.naomiklein.org/articles/2010/03/protecting-israel-s-lawlessness-spying-and-smear-campaign)

The "Branding Israel" agenda becomes extremely transparent in the "En tus tierras bailaré" video by Wendy, Delfín and the Tigresa de Oriente at the beginning, when the people inside the TV box state: “When I think of Israel I get scared, the war makes me sad, I think of chaos, I am very scared of the fact that there may be bombs on the streets; they are such stoic people.” Then the song begins with the exclamation: “It cannot be possible!!!” and proclaims to be a “message of love and equality.”


An event that seems to be part of the same campaign just took place in Antigua, Guatemala last weekend; a "Festival of Cultural Tourism" sponsored by "AmIsrael" an NGO devoted to "peace” in the region and featuring Mayan girls performing "Hebrew dances."

Another front of the “narrative battle” is waged in cultural manifestations that pass for being politicized, addressed to (neo) liberal sensibilities. Two recent examples are Lebanon (2009) and Waltz with Bashir (2008); both movies take a distance from Israeli policies towards Palestinians and posit an ideological focus on the perpetrator’s traumatic experience, which in turn, effaces completely the ethico-political background of the conflict. The “humanization” of the soldiers is the key to the ideological self-representation of Israel and because of that, the media generally focuses on psychological trauma and the human mistakes committed by the Israeli soldiers who are depicted as neither perfect military machines nor human superheroes; they’re more like normal people captured in the movements of history.
(See: http://www.inthesetimes.com/main/print/5864/)
The Israeli soldier is portrayed as fearful, as being told what to do and as not understanding the consequences of his/her tasks. Israelis are depicted as traumatized because they follow orders as members of the military as opposed to citizens and thus evade responsibility for the policies of the State that governs them. The Israeli military ethos is thus that of soldiers who famously “shoots and weeps” –an ethos that began to get furthered as early as the 1967 war, with Amos Oz’s Soldiers’ Talk, a collection of interviews with soldiers who fought the 1967 war. This was the beginning of the portrayal of an Israeli soldier ridden with moral dilemmas and existentially concerned (the book was as popular as Waltz with Bashir).

Latin America represents an ideal consumer market for Israeli “security” technology, as both regions follow similar segregation models of urban-planning and forms of control of life in order to preempt and contain the “demographic threat” (of the poor, indigenous and Palestinians). This is why forms of power in both regions are natural ideological allies with the task of propagating collective blindness, making evident that it has become urgent to articulate the imperceptible forms of ideology stratified in perverse propagandistic manifestations that may pass for delirious, bizarre, impossible to describe, exotic or even “politicized.”

lunes, 19 de abril de 2010

"POWER" cristalizado (O la arrogancia violenta del solipsista que actúa en base a sus readymade respuestas)


Carla Verea, Guardaespaldas guatemalteco (2007) de su serie "Guardaespaldas" (2003-2009)



Yoshua Okón, "Poli V"




Yoshua Okón, "Poli IV"





Yoshua Okón, "Poli I"








Foto en MACO (2010) de la reacción de un grupo de adolescentes a las imágenes de Carla Verea de su serie "Mis Guardaespaldas" (2003-2009)


¿Cuál es la relación entre la “seguridad” pública y privada, el contrato social, las relaciones de poder, la impunidad y auto-proclamarse como excepción – es decir, colocarse violentamente por encima de la autoridad? Estas imágenes son reveladoras de la construcción social de las formas de poder en tanto a que son puestas en escena de la lucha simbólica de poder basada en la violencia invisible y normalizada y de lo que la sustenta: el ejercicio del sadismo y la denigración corporal (su manifestación más extrema sería la coerción sexual).
Las tres imágenes de en medio son tomas fijas de tres de los nueve videos de la serie “Oríllese a la orilla” (1999-2000) del artista plástico Yoshua Okón. En Poli I, vemos al artista, cámara en mano, enfrentando a un policía intercambiando insultos. En la discusión tanto el artista como el policía luchan por colocarse simbólicamente con respecto a la ley. Los insultos del policía se basan en la diferencia en estatus social: “Pinches vagos arrogantes, hijos de la sociedad, la sociedad está harta de ustedes, de gente como ustedes, por eso nos va de la chingada. Sácate a chingar a tu madre; estás arriba de la ley, llégale de aquí, te voy a romper la madre… ¿Qué es lo que quieres? Vete a firmar al zoológico…” Okón le responde: “¿Porqué me ofende? Te voy a poner una demanda ¿porqué me ofende? Oiga yo no le ofendí, ¿porqué me quiere faltar el respeto? Le voy a poner una demanda mañana mismo…” Irónicamente, el policía que es el representante de la ley, busca colocarse por encima de ella para transgredirla en nombre del bien común: “la sociedad está harta de gente como ustedes, te voy a partir la madre.” A su vez, Okón, cuyo estatus de privilegio socioeconómico y racial hace que se encuentre simbólicamente por encima del representante de la ley, apela justamente a la ley para defenderse de las amenazas del policía. Poli V registra a un policía pagado por Okón para bailar (torpemente) y en Poli IV vemos a un policía demostrar sus habilidades de manejo de la macana intercaladas con gestos sobándose el sexo. Aquí la equivalencia simplista y facilona entre falo, macana y órgano sexual masculino como símbolos de poder son puestos en ridículo desfigurando a los responsables de la “seguridad pública” y “castrando” a la autoridad.
En un análisis sobre la serie “Oríllese a la orilla” se dijo que los videos documentan situaciones manipuladas para supuestamente mostrar “la fragilidad ética de los cuerpos de seguridad del Estado, el carácter de trabajador asalariado de los agentes del orden público y el hecho de que el policía no es el garante único del orden social.” Se dice que Okón no presenta la figura del policía como un “héroe, sino en situaciones denigrantes beneficiándose de los vicios del sistema.” Sin embargo, la demostración de la ineficiencia, irresponsabilidad y corruptibilidad de los cuerpos que representan la autoridad toma precisamente la forma de la violencia endémica que es necesaria para mantener intactas las relaciones de poder actuales. Supuestamente un ciudadano le debe respeto y obediencia a la autoridad; sin embargo, en México la construcción de la relación con la autoridad y con la ley se basa en un vínculo de violencia invisible y normalizada que hace que “hacer justicia” implique que uno de los términos realiza su poder acumulado no aplicando la ley sino situándose por encima de ella. La puesta en ridículo y la castración a la autoridad en los videos de Okón es precisamente la esencia de las relaciones de poder, demostrando que la falta de credibilidad de las instituciones (de seguridad, de gobierno, de justicia) no se debe a su negligencia, falta de interés, corrupción o a la redundancia de su burocracia (ése es el punto de vista de la clase poderosa), sino que la base de la autoridad (autoritaria) en México es violar la ley. Así, el colectivo se encuentra sometido a la figura impune (no-delito, no-castigo) del “quiebra ley” o del “chingón” (el narco, el político corrupto, el artista-contemporáneo-bad-boy), castrando a las figuras con autoridad simbólica cuyo deber es actuar en beneficio del bien común (simbólicamente o quitándoles credibilidad). De esta manera, la serie “Oríllese a la orilla” de Okón más que demostrar la ineficiencia de la autoridad, es un ejercicio puro de autoritarismo basado en la excepcionalidad por las diferencias de clase, de raza, de dinero y por la capacidad de encuadrar la imagen.
La foto de hasta abajo fue tomada en ZONA MACO, la feria de arte contemporáneo en México DF (Abril 2010) y muestra a un grupo de jovencitas “apreciando” imágenes de guardaespaldas apuntando su pistola hacia el espectador. Las fotos son de la fotógrafa Carla Verea y parte de la serie que inició en 2003: “(In)Seguridad. Tipos de guardaespaldas en América Latina” que consta de imágenes de más de 200 guardaespaldas en México, Guatemala y Colombia. El proyecto de Verea consiste en tipologizar al oficio de empleado de seguridad privada y documentar los signos de los distintos estratos sociales, niveles de entrenamiento y estrategias de seguridad de los guardaespaldas. El método de trabajo de la fotógrafa es acercarse a los empleadores y ganarse su confianza y así poder retratar a sus guardaespaldas. La serie refleja la ambigüedad del estatus de los guardaespaldas en la sociedad y la ambivalencia que se tiene ante las figuras de poder en tanto a que son castrables u objeto de burla (como en la serie de videos de Okón). La reacción de las adolescentes mirando las fotos de Verea es una mezcla de deleite, fantasía de protección, excitación y repulsión. El gesto de las adolescentes de tomarles fotos a las fotos reproduce la propia fascinación de Verea quien captura a sus “tipos” desde una posición clara de poder. De manera análoga a la fotografía judicial del siglo XIX, cuyo objetivo era documentar prisioneros para elucidar prototipos criminales (ver el estudio clásico de John Tagg, The Burden of Representation, 1988), la serie de Verea transforma a los guardaespaldas en objetos de visión taxonómicos (de territorio, características físicas, sociales, económicas y raciales) socavando su estatus como carne de cañón y “poder castrado,” ya que son meros atributos del poder de quien les paga (y les obliga a posar para Verea).
El poder funciona como atributo de las figuras que detentan el uso orgánico de los aparatos de poder (monarca, presidente) o de su articulación (policías, militares, guardaespaldas). Sin embargo, en estas imágenes hay un desplazamiento de los referentes concretos de poder hacia los artistas, quienes con estas piezas emulan las relaciones de poder preestablecidas (basadas en la desigualdad). La tarea estética de manipulación de poder para poner sus formas en evidencia se convierte más bien en el ejercicio del sadismo mezquino e impotente de quienes creen que poseen todas las respuestas. Haciendo un movimiento solipsista que pretende tener conocimiento del sistema, ponen más bien en escena un simulacro del sistema cargado del placer derivado del sadismo. La corrupción, impunidad e “in”seguridad que se denuncian como aberraciones o fallos de las formas de poder, se ciegan al hecho de que son componentes sistémicos del autoritarismo y de la violencia material que precisamente les hacen florecer, subrayando una y otra vez la ausencia de contrato social.

jueves, 15 de abril de 2010

PROBLEMAS MAL PLANTEADOS: ¿Autonomía o sumisión a la hegemonía? ¿Guerras culturales o hibridación cultural? ¿Democratización de los bienes de consumo?


**Fuente de la imagen: Revista La Cuerda (Marzo 2010) disponible en red: www.lacuerdadeguatemala.org

El ojo externo que nos procura la imagen observa un acto fotográfico; la fotógrafa es una mujer indígena a quien vemos de espaldas tomándole la foto a su familia en el patio de un McDonald’s en Antigua, Guatemala. En la imagen aparecen tres íconos guatemaltecos: los habitantes originarios, la arquitectura colonial (simulada) y McDonald’s. El ojo externo que mira la escena en la que se yuxtaponen dichos íconos registra un fenómeno ¿De qué tipo? ¿Antropológico, cultural, económico? La imagen está cargada de signos de la prevaleciente globalización: la madre viste el traje típico, los hijos llevan vestimenta occidental y el padre usa el jersey de algún equipo de fútbol. De ahí que contrastan la tradición significada en el traje de la madre con la “modernidad” traída por la liberación del mercado reflejada en la incorporación de los indígenas como agentes activos de la producción de su propia imagen, disfrutando de la comida de McDonald’s y de otros objetos de consumo como el fútbol. También se asume una contradicción entre la “autenticidad” de la tradición con su “corrupción” por la globalización. Esta es sin embargo, una oposición falsa que concibe a la globalización como una invasión cultural que amenaza a lo auténtico poniendo en jaque costumbres y tradiciones autóctonas. El aspecto de conflicto cultural de la globalización se planteó en los 1990s en un debate sobre la multiculturalidad. Desde esta perspectiva, la imagen hace la pregunta si la política neoliberal de modernización e integración cultural facilitada por la globalización no se trata de una nueva forma de sometimiento o dominación, preguntando silenciosamente: “¿Neoimperialismo? ¿Neocolonialismo?” Cabe notar el énfasis en la centralidad de la figura de Ronald en la composición: en la sección áurea, de acuerdo con las reglas de la perspectiva renacentista (¿tal vez desplazando la figura paterna?). Sentado en una banca dentro de un patio en una sucursal de la franquicia que simula el estilo colonial antigüeño, la mirada de Ronald sonriente se dirige fuera del campo hacia la fuente de la imagen. De ahí seguiría la afirmación condescendiente de que un icono traído con la colonización (el Santo Hermano Pedro) ha sido suplantado por otro igualmente bondadoso y caritativo con los niños: Ronald McDonald.
Sin embargo, de acuerdo con el argumento de Néstor García Canclini que celebra la hibridación cultural propiciada por la globalización, podría decirse que la imagen atestigua un fenómeno de integración cultural que no es más que el resultado natural de la hibridación inherente a todo proceso cultural. La vestimenta tradicional de la mujer es clara prueba de que no es que las culturas “nacionales” hayan sido sustituidas por las de los países imperiales, sino que con la globalización se han producido intercambios e hibridaciones complejos (aunque asimétricos y desiguales). Se podría desechar al problema de la relación entre la cultura hegemónica y autonomía argumentando que los sujetos de la imagen son autónomos a pesar de la hegemonía en tanto productores de su propia imagen y con la capacidad de hibridar los bienes de consumo para crear repertorios nuevos y lenguajes multiculturales.
La ideología neoliberal de desarrollo, crecimiento y mejora predica la auto-determinación incluyendo a los excluidos y empoderándolos con la libre elección para que se conviertan en emprendedores autosuficientes, productores de su propia imagen y de signos culturales. ¿Y no es el caso de McDonald’s en Guatemala un ejemplo sobresaliente de auto-determinación neoliberal? La empresa fue importada en 1974 y desde entonces se convirtió en ejemplo a seguir de corporativismo post-fordista en el tercer mundo (entre otros discursos y métodos pos-tfordistas, macdo en Guatemala no tiene “empleados” sino “colaboradores”). Además, McDonald’s de Guatemala ha hecho aportaciones excepcionales a la marca con conceptos nuevos y servicios que ha exportado al resto del mundo. Algunos ejemplos son: el servicio de fiestas familiares, la Cajita Feliz o Happy Meal, acciones de beneficencia, el menú de desayunos y el McCafé (que sirve café de altura). De este modo, McDonald’s de Guatemala logró que la “fast food” de los “white trash” y símbolo de la decadencia suburbana norteamericana se transformara en una empresa ejemplar (orgullosamente nacionalizada) que aportó a un nivel sin precedentes innovaciones creativas, calidad de servicio y una variedad de productos más allá del consumismo suburbano de “junk.”
La mirada antropológica obsoleta observa a sus antiguos sujetos de estudio deviniendo consumidores y productores de su propia imagen. La fotografía podría interpretarse como símbolo de la bienvenida a los indígenas a devenir consumidores neoliberales, de mercancías y estilos de vida (cámara digital, celular, happy meal, cuenta de banco, hipotecas). Hay que notar que el consumidor neoliberal se interesa sólo en su habilidad por consumir la cual se convierte en la condición de su libertad.
De esta manera se hace evidente que, una lectura de la imagen enfocada en la visión de la liberalización del mercado como guerra o celebración multicultural distrae la atención de la crisis de la ciudadanía y los procesos y consecuencias materiales de la globalización, los cuales han sido más económicos y estructurales que culturales. Es precisamente desde el punto de vista económico que la globalización ha causado mutaciones profundas en las sociedades destruyendo redes de solidaridad y cambiando de los valores de la gente. Las formas comunitarias de organización se han fragmentado y el desarrollo y la democratización del consumo favorecen el retorno de la “familia nuclear” evidentemente retratada en la imagen. De acuerdo con la filosofía de la New Right (Nueva Derecha anglosajona), la familia nuclear tiene tanta importancia como el individuo, ya que actúa como unidad autónoma de acuerdo con el interés propio teniendo por objetivo transmitir moralidad tradicional y cualidades que impulsen el éxito en los mercados. De esta manera, la familia nuclear constituye tanto una alternativa autosuficiente al estado de providencia, como la fuente directa de la subordinación de la mujer (desde el punto de vista feminista). Al reino de la razón del intercambio del mercado en nuestras vidas y a la “democratización de acceso a los bienes” les sigue el mantra neoliberal de que “no hay cliente pobre” y mientras tanto, los servicios de salud, educación, insumos al campo u opciones de empleo siguen deteriorándose o desapareciendo. Según el economista Alfredo Jalife-Rahme, la idea de “globalización democrática” es una antinomia excluyente porque se caracteriza por la concentración de la riqueza mundial en manos de una plutocracia de transnacionales corporativas (el 10% de los habitantes del planeta). Debido a su estructura – no de liberación de mercado sino de propiciar la acumulación primitiva – la globalización es la expresión más clara de la concentración del poder en las transnacionales de los G7, G10 y G11, ya que no existe actividad económica en el mundo en la que los G7 no acaparen por lo menos el 85% de las corporaciones globales.
Podría concluirse que más que un hibrido de culturas democratizadas, la imagen es prueba de la sumisión de la imagen a un solo genoma que es fruto de la nueva visión del mundo traída por la globalización y por la exportación de valores occidentales empaquetados seductoramente y que sometieron a todas las cosas y formas de vida a un mismo programa: el de consumo. La nueva visión del mundo incluye también la propagación de los valores de los derechos humanos y de la democracia (reforzados por ONGs locales y extranjeras y por compañías de seguridad gubernamentales o tercerizadas). De acuerdo con Jean Baudrillard, es así que todos los pueblos “subdesarrollados” han sido transfigurados en caricatura de los blancos, víctimas de la violencia mimética que ha agotado tanto a las culturas indígenas como a la occidental. Las culturas indígenas reciben una versión disneyficada de su cultura mientras que el poder se afirma mediante la extrapolación universal de una parodia de valores y técnicas, y de un simulacro de desarrollo y de crecimiento.

REFERENCIAS
• Jean Baudrillard, ¿Por qué todo no ha desaparecido aún? Traducido por Gabriela Villalba (Buenos Aires: El Zorzal, 2009).

• Néstor García Canclini “La globalización: ¿Productora de culturas hibridas?” disponible en red: http://www.hist.puc.cl/historia/iaspm/pdf/Garciacanclini.pdf

• Alfredo Jalife-Rahme, El fin de una era: turbulencias en la globalización (Buenos Aires: El Zorzal, 2009)

• Datos e informacion proporcionados por el Corozo Loroco desde la Cd. De Guatemala.

Entrevista de democracynow con Charles Bowden: "The War Next Door"

SHARIF ABDEL KOUDDOUS: We turn now to Mexico, where spiraling drug violence appears to have hit US officials for the first time. In the Mexican border city of Ciudad Juárez, a US consular employee and her husband were shot dead on Saturday while driving in their SUV. Their one-year-old baby was found unharmed in the back seat. In a separate incident nearby, the husband of a Mexican employee at the US consulate was shot dead. The shootings are believed to be the first deadly attacks on US officials and their families by Mexico’s powerful drug organizations.


The State Department has authorized government employees at six US consulates in northern Mexico to send their family members out of the area because of concerns about rising drug-related violence. The FBI, meanwhile, has sent a team of agents to investigate the killings.


AMY GOODMAN: Overall, nearly fifty people died over the weekend in Mexico in drug-gang violence, the latest victims of a conflict that’s killed nearly 19,000 people since Mexican President Felipe Calderon took office in 2006. The US has backed Calderon with hundreds of millions of dollars on military training and equipment. But critics say the increased militarization of the so-called drug war will only lead to more deaths.


Well, for more, we’re joined now by Charles Bowden. a reporter who has extensively covered the drug violence in Mexico, author of the forthcoming book Murder City: Ciudad Juárez and the Global Economy’s New Killing Fields. His latest article for High Country News is “The War Next Door”, available at hcn.org. Charles Bowden joins us now on the phone from Las Cruces, New Mexico, just across the border from Ciudad Juárez.


Welcome to Democracy Now!, Charles Bowden. What happened this weekend?


CHARLES BOWDEN: Well, thank you. It’s my pleasure.


What happened is what happens every weekend: death. What is different, or was the reason you’re calling me, is because US citizens were killed, who worked for the consulate.


It’s impossible to see this as, one, an accident or ignore that it’s a provocation. The actual thing to compare it to is the abduction of DEA agent Enrique Camarena in February 1985 from in front of the US consulate in Guadalajara, in which he was then tortured for thirty hours, slaughtered and secretly buried, and caused an explosion in the US government. Now, you have to ask yourself, given that experience, why anybody in the drug business would want to repeat it. And I don’t have an answer to that, nor do I know why these people were killed or who killed them.


What I do know is that on Friday twelve people were slaughtered in Juárez, and nobody in the US paid any attention. What I do know is, on Saturday, there were eleven people slaughtered; three of them worked for the embassy. What I do know is, on Sunday, there were eight slaughtered, that Juárez is the most violent city in the world. It’s breaking down for various reasons.


What our response will be, I suspect, is more of the same. We’ll try and shore up the Mexican military, which has been killing people in the city busily for a year now. There’s hundreds of official complaints filed with the human rights office in the government. And we will announce our rededication to the war on drugs, which has imprisoned—created the largest prison population in the world in our own country.


I think that what your listeners should realize is the President of Mexico has said repeatedly that there’s no part of Mexico he doesn’t control. We have proof positive of his claim today. He’s arriving in Juárez for a visit. When he arrives is a secret. Where he goes is a secret. Who he sees is now a secret. That’s how much control he has over his own country.


SHARIF ABDEL KOUDDOUS: And President Obama, he denounced what he called the brutal murders of these people in Juárez. And what is the role of the US in all of this? They have funded the so-called war on drugs in Mexico to the tune of more than a billion dollars. Where does this money go? And what is the role of the Mexican military in all of this?


CHARLES BOWDEN: Well, where the money goes is mainly, if you look into it, we’re selling them our hardware. This is part of our beloved military-industrial complex. That’s what they get for the money. But the Mexico military has historically been involved in drugs, I mean, going back decades. This is no secret. They were supervising Rancho Bufalo in Chihuahua, a huge marijuana plantation in the ’70s.


What we’re doing is what the—you know, we have three policies that affect Mexico. One, we have the free trade agreement, which has bankrupted small farmers in the country and destroyed small industry in the country. Two, we have an immigration policy which means a Mexican would have to live 150 years to get a visa to move to the United States, which has unleashed the largest human migration on earth. And three, we have our war on drugs, which over the course of forty years has made drugs in our country of higher quality more available and enriched a bunch of criminals in Mexico and the United States. That’s our policy.


SHARIF ABDEL KOUDDOUS: And can you paint a picture of Ciudad Juárez? How has it changed over the years?


CHARLES BOWDEN: Well, you know, what’s changed is—this is simple. Twenty-seven percent of the houses in the city are abandoned. That’s 116,000 units. This is in a city where people live in cardboard boxes sometimes. Ten thousand businesses have given up and closed in the last year. Thirty to sixty thousand people from Juárez, mainly the rich, have moved across the river to El Paso for safety, including the mayor of Juárez, who likes to bunk in El Paso. And the publisher of the newspaper there lives in El Paso. Somewhere between 100,000 and 400,000 people simply left the city. A lot of the problem is economic, not simply violence. At least 100,000 jobs in the border factories have vanished during this recession because of the competition from Asia. There’s 500 to 900 gangs there, estimates vary.


So what you have is you have—and then you lay on top of it 10,000 federal troops and federal police agents all marauding. You have a city where no one goes out at night; where small businesses all pay extortion; where 20,000 cars were officially stolen last year; where 2,600-plus people were officially murdered last year; where nobody keeps track of the people who have been kidnapped and never come back; where nobody counts the people buried in secret burying grounds, and they, in an unseemly way, claw out of the earth from time to time. You’ve got a disaster. And you have a million people, too poor to leave, imprisoned in it. And they’re going to be the people that the Mexican army and the Mexican police will make sure the President never meets today when he descends on Juárez for his sort of official visit. That’s the city.


AMY GOODMAN: Charles Bowden, Hillary Clinton said last March, “We know very well that the drug traffickers are motivated by the demand for illegal drugs in the United States and that they are armed by the transport of weapons from the United States.” What is your response?


CHARLES BOWDEN: Well, to start with, it’s—drugs are sold in the United States because we have customers. But Hillary Clinton doesn’t think American citizens can consume substances she doesn’t approve of.


As far as the guns, that’s an open question. What you’re referring to is an ATF report which tracked guns that have been seized in Mexico. In that report, somewhere between 20 and 40 percent came from the US. The reason we don’t know where the others came from is the Mexican army, who has seized them, won’t let ATF agents examine them. Now, what you have to understand is, in a six-year period, out of an army of 250,000, about 150,000 deserted. I suspect some of the boys and girls who fled the Mexican army took guns with them. But if you shut down every gun shop in the United States, criminals in Mexico would still be armed.


So what we’re facing is a failed drug policy, but we can never admit that. That’s a sacred cause here. We’re a twelve-pack nation that won’t let anybody have a joint.


SHARIF ABDEL KOUDDOUS: In your latest article in High Country News, you write, “There is no serious War on Drugs. Rather, there is violence, nourished by the money to be made from drugs. And there are U.S. industries whose primary lifeblood comes from fighting a war on drugs.” Explain what you mean by that.


CHARLES BOWDEN: Well, certainly. We’re spending $30 to $40 billion a year on narcotics officers in this country. Every state in the union, if you get out of the house and drive, is now studded with little prisons, some private. They’re all dependent on the—on laws outlawing drugs. The income from drugs in Mexico exceeds all other sources of foreign currency, except possibly oil, and that’s debatable. In other words, if President Calderon succeeded in his claimed goal of eradicating the drug industry in Mexico, Mexico would collapse in a minute. That’s what I mean.


I mean, why don’t we face the fact that drugs are like alcohol? They’re part of our culture now. They’re not going away. If we want to make them illegal, we can continue to live the way we have: imprisoning our own people, creating a police state, having prisons everywhere. But no matter what we do, they’re going to be in the neighborhood, just as they are.


There was an interesting government study released a while ago that said 232 American cities now have the presence of Mexican drug organizations. Well, look, I’m a little older, possibly, than some of your listeners, but if you bought a joint in 1975, it wasn’t coming from Finland or some place. They’ve always been here. It’s a market. All we’ve got to decide is whether it’s legal or illegal. That’s it. It’s like gambling. It’s got a life of its own.


But we are destroying, or helping to destroy, a country next door by our policies. Although there are many explanations for the problems in Mexico, and most of them lie with Mexicans, but certainly our economic policy, NAFTA, our drug policies, the war on drugs, and our militarization of the country have proven to be nothing but a disaster for the Mexican people.


AMY GOODMAN: Charles Bowden, how does this relate to the hundreds of women who have been murdered in Ciudad Juárez and Chihuahua over the last, oh, fifteen years? We’re talking nearly 500 or more.


CHARLES BOWDEN: Well, we’re talking nearly 500 in a fifteen-year period in a city that had a million and a half. Here’s how it relates. Essentially, none of those crimes have never been solved. During that same period, 95—between 90 and 95 percent of the murders have been males. None of those crimes have been solved. Last year, of those 2,600-plus murders in Juárez, there were thirty arrests. Not solutions, just arrests. The way they figure in is, if you’re a Mexican citizen, anybody can kill you, and nothing’s going to happen to them. And it doesn’t matter if you’re a child, a man or a woman, that their justice system is broken. I can understand, because of the sort of cause célèbre quality while people are focused on the dead women, but I think we ought to focus on the dead human beings. This city kills people, and nothing happens to the killers.


AMY GOODMAN: We’re going to have to leave it there, but we will continue to follow this. Charles Bowden, thank you for joining us. His latest piece, “The War Next Door.” His forthcoming book, Murder City: Ciudad Juárez and the Global Economy’s New Killing Fields, speaking to us from Las Cruces, New Mexico, just near Ciudad Juárez on the other side of the border.

FUENTE: http://www.democracynow.org/2010/3/16/charles_bowden_on_the_war_next

lunes, 12 de abril de 2010

CAPITALISM IS NOT A MONSTER WHOSE BELLY CAN ONLY BE FUTILELY POKED AT FROM BELOW; THE BATTLE AGAINST CAPITALISM SHALL BE LOCATED PRECISELY IN THE EGO OF THE "FAT, DOMINANT HEALTH" THAT OSCILLATES BETWEEN THE EUPHORIA AND SCHIZOPHRENIA THAT BELONG TO LACKING DESIRE, THE INCOMPLETENESS OF THE IMAGE AND THE INSATIABLE CONSUMPTION OF SENSORIAL STIMULATION.

sábado, 10 de abril de 2010

EL CAPITALISMO NO ES UN MONSTRUO CUYA BARRIGA PUEDA SER AGUIJONEADA ANODINAMENTE DESDE ABAJO; LA BATALLA EN CONTRA DEL EL CAPITALISMO ESTÁ LOCALIZADA EN EL EGO DE LA “SALUD GORDA Y DOMINANTE” QUE OSCILA ENTRE LA EUFORIA Y ESQUIZOFRENIA DEL DESEO INSATISFECHO, DE LA INCOMPLETEIDAD DE LA IMAGEN Y DE LA INSACIABILIDAD DEL CONSUMO DE ESTIMULACIÓN DE LOS SENTIDOS